Grandes avances en estética dental y en la reducción de la hipersensibilidad

El congreso anual de la Sociedad Española de Prótesis Estomatológica, recientemente celebrado en Bilbao, ha dedicado sus sesiones de trabajo a los avances en el campo de la estética dental. Así, cuando los dientes y muelas están dañados o tienen empastes antiguos y desgastados, se puede colocar una «carilla» de cerámica, una pieza de apenas un milímetro de grosor que se adhiere a ellos. Pero si el desgaste es tan grande como para necesitar una funda las nuevas tecnologías han sustituido el refuerzo interno de metal por otro de alúmina o circonio. También se pueden colocar piezas enteras sin necesidad de instalar un puente, lo que suponía tallar las contiguas, reforzarlas con metal y unirlas con un alambre que sujetase la funda. Todas estas molestias han desaparecido y, ahora, sólo es preciso poner un tornillo de titanio y una funda de cerámica. Y es que las nuevas tecnologías permiten, en buen número de casos, disponer de una sonrisa perfecta en muy pocos días. Lo único que se requiere es que en el lugar de la pieza perdida quede hueso suficiente para permitir el anclaje de las nuevas piezas. Adiós a la sensibilidad dental En la actualidad, una empresa inglesa está probando con animales domésticos unas pastillas de lenta liberación que suministran los oligoelementos que pueden escasear en su alimentación. El descubrimiento podría cambiar de forma radical los tratamientos odontológicos porque, en el caso de los seres humanos, el dentista puede insertar en una pieza dental cada dos años una micropíldora de 2 milímetros, que va liberando flúor para evitar la caries. Los primeros ensayos han constatado un elevado índice de eficacia al reducirse los empastes en un 75% y, además, se consigue eliminar la sensibilidad de los dientes. Esta sensibilidad está causada cuando sustancias frías, calientes o dulces entran en contacto con la dentina que recubre la raíz del diente, un problema que afecta aproximadamente al 20% de la población y que debe tratarse rápidamente para evitar daños irreversibles en el nervio. En muchas ocasiones, los especialistas no pueden ver cómo sucede el proceso lo que dificultada un tratamiento que, hasta ahora, se reducía a cepillarse los dientes con agua y sal. Sin embargo, investigadores de la Universidad inglesa de Leeds, han desarrollado una técnica de diagnóstico consistente en identificar sin dolor las zonas y la magnitud de la sensibilidad de los dientes. Se trata de un aparato que mide la permeabilidad de la dentina mediante una sonda estéril que se apoya en la superficie del diente detectando las zonas más porosas de la dentina, que el dentista puede cerrar con resina. Según los doctores Meredith y Bedford, responsables del invento, como la sonda necesita de unos segundos para detectar las zonas sensibles, el tratamiento se podrá aplicar de forma inmediata.