Diario de León

El orgasmatrón del doctor Meloy

El doctor Stuart Meloy ha ideado un aparato que se implanta en la médula espinal y que permite tanto a los hombres como a las mujeres tener un orgasmo cuando quieran

Publicado por
Imanol Allende - corresponsal |londres
León

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¿Que no puede usted tener un orgasmo? ¿Que la última vez fue con aquel novio y cuando se iba a la mili? ¿Que a su marido le importa lo mismo que usted tenga un instante de placer que un accidente de bici en Pekín? Perfecto, no se preocupe, un científico norteamericano ha inventado por purísima suerte, un dispositivo que implantado en la espina dorsal dispara, en una respuesta refleja, la sensación de un orgasmo en las mujeres. No, este norteamericano no es Woody Allen, es un tan Stuart Meloy, pero su invención es tan eficaz como el «orgasmatrón» ideado por el cineasta. El doctor Meloy, experto en dolor, ahora en placer, en el Piedmont Anestesia and Pain Consultans en Winston-Salem, Carolina del Norte, descubrió este efecto secundario cuando aplicó un estimulador con pequeñas descargas eléctricas a la médula espinal de una paciente que sufría dolores de espalda. El doctor se quedó perplejo cuando la mujer gimió de placer y patidifuso cuando le dijo que «doctor, va a tener que enseñarle a mi marido a hacer eso». Esta paciente según cuenta el médico hacía años que no había experimentado un orgasmo y sin embargo durante los nueves días que duró la sesión tuvo varios orgasmo, uno de ellos múltiple y por primera vez en su vida. Además en esos nueve días, atención señores, hizo el amor con su marido en siete ocasiones. Hacer zapping El doctor Meloy patentó de inmediato el dispositivo y aunque en un principio la firma Medtronic tenía la intención de comercializarlo, al poco perdió el interés. El médico decidió lanzarse al ruedo comercial el sólo y en estos momentos se encuentra en la fase de prueba clínica. Y aquí es donde está la madre del cordero, porque el pobre Meloy está desesperado buscando ocho voluntarias que se sometan a una buena dosis de orgasmos y de momento sólo una mujer ha rellenado el formulario y ha pasado la primera fase de la prueba clínica, dicen que se le nota en la cara. A algunos expertos no les sorprende la falta de interés de las mujeres, ya que tal como indica Marca Sipski de la Universidad de Miami «¿por qué te vas a someter a un implante cuando puedes lograr el mismo placer con un vibrador?». Para Sarah Creigton, consultora en ginecología por el Hospital Queen Charlotte de Londres, tampoco tiene mucho sentido ya que «la mayoría de las disfunciones sexuales de las mujeres son por motivos psicológicos», lo que Glyn Hudson Allez, asesora psicosexual de Bristol, explica indicando que «la disfunción sexual femenina es más compleja que la masculina.» Desconocimiento Paula Hall, una terapeuta sexual británica del servicio de asesoría Relate, indica que la mayoría de los casos de disfunciones sexuales en la mujer son producto del desconocimiento del cuerpo «y de la falta de experimentación, por lo que no creo que una operación puede remediar la carestía de orgasmos en una mujer.». El doctor Meloy se defiende diciendo que «no veo ninguna diferencia entre el método que he patentado y un implante de pecho.» Al doctor Meloy le irían las cosas de otro modo si hubiera inventado el arroz con leche del sexo para los hombres. Las colas en sus puertas para probar la maquina, por endiablada y maquiavélica que fuera, serían enormes, haciéndose necesaria la presencia de los cuerpos de seguridad para poner orden y a Meloy se le levantarían monumentos en las plazas de todos los pueblos. Pero alto leonas, que el doctor Meloy ha prometido que su artilugio de placer también puede funcionar para los hombres que lo necesiten. Así que si su Mariano no rinde como debiera, antes de cambiarlo pruebe la máquina «orgasmatrón» para hombres del doctor Meloy y cuénteselo a su vecina para que se muera de envidia. A 22.000 euros Por último hay que indicar que el doctor Meloy pretende comercializar su dispensadora de orgasmos a un módico precio de 22.000 euros. Con un puñado de los múltiples le saldrá el orgasmo a euro. El autor reconoce estar un poco decepcionado por el «poco entusiasmo» que han suscitado las pruebas de este dispositivo, que requieren, al menos, de la colaboración de ocho mujeres más. En una primera fase se implantan cables en la columna vertebral de la paciente que van unidos a una batería a través de una intervención que sólo tiene el riesgo de la inyección epidural, según el médico. Se coloca en la piel un pequeño sistema del tamaño de un regulador cardiaco.

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