Diario de León

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FALTAN sólo ochenta días para que se lleven a cabo las elecciones legislativas y los partidos políticos se afanan perfilando estrategias y buscando recursos para hacer frente a los cuantiosos gastos que genera la campaña electoral. Quien más recursos propios tiene es el PP. Fue el partido más votado en el año 2000 y ya se sabe que, a la hora de contabilizar la ayuda oficial, computan tanto los votos como el número de escaños. Izquierda Unida es el que menos. Los socialistas no andan sobrados, entre otras razones porque son los que tienen la mayor deuda conocida con los bancos. La oposición sospecha que el PP recibe ayuda económica «extraparlamentaria» de determinadas empresas, pero dicha sospecha nunca ha pasado del boca a boca. No hay papeles como los hubo años atrás cuando el «caso Naseiro» -financiación ilegal del Partido Popular- o con el «caso Filesa» (PSOE) o de los nacionalistas catalanes con el caso Pallerols. Lo cierto es que todas las campañas electorales son un auténtico tragaperras. Es tan apurado el estado de la bolsa de algunos partidos que hay quien ha llegado a decir que la presencia de Izquierda Unida en el gobierno del País Vasco podría tener algo que ver con la precariedad económica que sufre la coalición. No digo que sea así, recojo opiniones al respecto. Quien gobierna, sea en los ayuntamientos, en los entes locales y no digamos si es en el Estado, tiene muchas ventajas a la hora de generar expectativas de afloramiento de recursos. No me pregunten cómo lo hacen, sólo sé que es una opinión muy generalizada que todos los partidos tienen fuentes subterráneas de financiación. Y eso es precisamente lo que no debería acontecer. Al igual que sucede en otros países también aquí deberíamos saber quién -empresas o particulares- apoya a quien. Que se regularicen por ley las ayudas y que se publiquen las listas de donantes. ¿Por qué? Pues porque amén de que la transparencia en los asuntos públicos es una exigencia de la democracia, conviene saber quién paga porque sabido es que quien paga, manda.

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