La misión a Marte, en fase crítica con la suelta del módulo de aterrizaje

Si un jugador, de fútbol por ejemplo, chuta un balón, ya no hay nada que se pueda hacer para influir en su trayectoria. El futbolista sólo puede confiar en su habilidad para que el esférico alcance el destino deseado. Una imagen como ésta es la que ha utilizado la Agencia Espacial Europea (ESA) para describir la maniobra de desacople del módulo de aterrizaje Beagle 2 de la sonda que lo transporta, la Mars Express, lo que supone la fase más crítica y peligrosa de la misión a Marte. Hoy se vivirá el momento clave. La sonda, como si fuera un futbolista, tiene que pasar el Beagle II al siguiente jugador, Marte. El problema es que el vehículo, como la pelota, no dispone de propulsores a bordo, por lo que no puede influir en su propia trayectoria. De este modo, la nave nodriza está obligada a un acercamiento máximo con el planeta rojo hasta entrar en su órbita. Entrará literalmente en una trayectoria de colisión. Desde el control de Tierra se tendrá que decidir el momento exacto en que la Beagle 2 podrá liberarse de la Mars Express, darle el puntapié, y disparar sus propulsores de hidrazina para intentar su inserción órbital y evitar estrellarse contra Marte. Será la primera vez que se intentará dirigir una sonda de aterrizaje sin propulsión. Un niño en Marte Un joven español de 14 años, Tomás Kogan, participará, junto a otros 15 chicos y chicas de todo el mundo, desde la sede de la Nasa en Pasadena (EE.UU.), en la llegada a Marte el próximo mes de enero de las dos sondas que la agencia espacial americana ha enviado al planeta rojo. Kogan permanecerá durante una semana en el Jet Propulsion Laboratory de la Nasa donde vivirá como «un astronauta en tierra» e «investigador».