El «Spirit» logra dar sus primeros pasos sobre la superficie de Marte

«Ve hacia ese cráter y gira a la derecha». Como el bíblico Lázaro, el Spirit escuchó el mandato de los ingenieros de la NASA y echó a andar. El explorador robótico de la misión Mars Exploration Rover (MER) ingresó ayer en la reducida nómina de ingenios que han hollado Marte, sobre cuya superficie dio ayer sus primeros pasos. Doce días después de amartizar con éxito, Spirit abandonó la plataforma de transporte y comenzó a rodar, lento pero seguro, sobre el pedregoso suelo marciano. Eran casi las diez de la mañana, hora española. Su recorrido, apenas un metro en dirección noroeste, fue acogido con alborozo en el centro de control de la Nasa en Pasadena (California), y una salva de aplausos saludó las imágenes captadas por la cámara direccional del Spirit , de sus propias rodadas impresas en el polvo rojo. Antes, el vehículo había salvado con éxito el último obstáculo, un desnivel de 12 centímetros que separaba la rampa de descenso del suelo. Luego realineó sus instrumentos y se aprestó al paseo que deberá conducirle en unos doce días hasta su primer destino, un cráter situado a 250 metros de distancia, dentro del mismo cráter principal, Gusev, en el que tuvo lugar el amartizaje. «Seremos muy cuidadosos en la aproximación; nadie antes se ha dirigido hacia un cráter», detalló Steve Squyres, investigador principal de la MER. Si todo sigue bien, el rover Spirit recorrerá unos 20 metros por día terrestre (40 cada día marciano), con toda precaución para evitar rocas y accidentes del terreno que puedan desestabilizar al explorador. A pesar de tolerar inclinaciones y desniveles de hasta 45 grados y del alto grado de estabilidad que le dan sus seis ruedas, un vuelco acabaría de inmediato con la misión. «Allí no puede ir un técnico a ponerlo de nuevo en marcha», recuerda Gregorio R.Pasero, director de la Estación de Seguimiento que la Nasa tiene en Robledo de Chavela (Madrid). Cautelas Estas cautelas extremas aconsejaron retrasar varios días la salida del rover desde el vehículo de descenso. La Nasa detectó problemas de despliegue de la rampa de salida prevista, obstruida por un air-bag mal desinflado, aunque los responsables de la MER pudieron hacer girar al robot 120 grados para esquivar el obstáculo y dirigirse a otra de las plataformas de descenso. Una vez en ruta, el robot recorrerá en un sólo día una distancia superior a la que recorrió el pequeño Sojourner -apenas 11 kilos de peso-, el vehículo de la misión Pathfinder que la Nasa llevó a Marte en 1997. Spirit buscará y examinará las rocas de los alrededores que le señalen desde el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de Pasadena, para determinar si su composición geológica indica que en tiempos remotos el Gusev pudo ser un lago. Si las previsiones se cumplen, tras el cráter, el explorador intentará alcanzar una colina «para echar un vistazo» con mejor perspectiva, resaltó Squyres. También está incluida en su plan de ruta una pendiente bautizada como Sleepy Hollow , que interesa a los científicos. Por el camino, desplegará cuando se le ordene el instrumental geológico, un microtaladro, dos espectómetros y un microscopio digital para tomar fotografías. Desde su llegada a Marte, Spirit ha enviado ya más de 4.000 imágenes del planeta vecino.