Letizia Ortiz es «fría en cuestiones religiosas» según algunos sectores eclesiásticos

Letizia Ortiz es «más bien fría en cuestiones religiosas». «Responde al arquetipo de la gente de hoy que, tras una profunda educación religiosa en su infancia, rompe con la práctica religiosa y se pasa a la indiferencia más que al agnosticismo». Esto es lo que se cuenta en ambientes eclesiásticos de la futura reina de España. No obstante, el arzobispado de Madrid dice que la prometida del Príncipe «tiene muy buena voluntad y pronto recuperará el tiempo religiosamente perdido». Para ello, los novios están recibiendo charlas prematrimoniales, en las que el arzobispo castrense dimisionario, José Manuel Estepa, les va proponiendo una serie de reflexiones sobre el compromiso solemne que van a adquirir ante sus conciencias y la responsabilidad que van a contraer ante Dios y los hombres. Las conversaciones se centran en los rudimentos de la fe en general, en los fundamentos de los sacramentos y, especialmente, del matrimonio católico. Con todas sus exigencias, especialmente la de «tener todos los hijos que Dios les dé» y la de «educarlos en la fe de la Iglesia». También les explica monseñor Estepa que el matrimonio es un sacramento para toda la vida, espejo del amor de la Trinidad. Preocupación de las autoridades religiosas Y es que los comentarios eclesiásticos, aunque sutiles y discretos, no dejan de revelar una pizca de preocupación de las autoridades religiosas acerca del propio vínculo matrimonial y, sobre todo, acerca de las características de la futura reina. Virgen y católica Para la Iglesia, la consorte ideal del Príncipe hubiera sido una mujer bautizada, educada en el catolicismo, cumplidora de las prácticas religiosas, dedicada a las obras de caridad y, por supuesto, virgen. Es la concepción de la mujer católica. La biografía de Letizia, en cambio, habla de independencia, de afán de superación, de mujer hecha a sí misma, de su tiempo, alejada de la práctica sacramental. Eso sí, la Iglesia «confía en que la gracia de Dios actúe en la futura reina de España y la ayude a convertirse en una mujer de profundas convicciones religiosas». Letizia Ortiz y don Felipe celebrarón el 36 cumpleaños del Príncipe oyendo una misa en la cripta de la virgen de Covadonga en Asturias. Ambos rezaron una oración intima y cumplieron con la tradicional petición a la virgen echando una moneda al estanque y pidiendo un deseo. Esta fue la primera vez que ambos acudieron a un actor religioso publicamente.