El Congreso americano frenará las demandas de las industrias contra las empresas alimentarias

El Congreso de EE.UU. inició ayer el debate de un proyecto para impedir las demandas «frívolas» contra empresas del sector alimentario a las que se pudiera acusar de promover la obesidad. El proyecto comenzó a ser debatirse en la Cámara de Representantes donde, según sus patrocinadores, deberá ser aprobado. El objetivo de la iniciativa es «impedir demandas frívolas contra fabricantes, distribuidores o vendedores de alimentos o bebidas no alcohólicas» con el fin de obligarlos a que cumplan ciertas normas legales y de salud. Aunque un tribunal federal ya rechazó una de-manda «por obesidad» contra McDonalds, presentada por un grupo de jóvenes, el sector alimentario teme ser víctima de planteamientos judiciales que exijan compensaciones econó-micas por problemas de salud atribuidos a sus productos. La iniciativa protegería a las empresas vinculadas a los alimentos de demandas en cortes estatales y federales, pero no en aquellos casos en los que la reclamación tenga que ver con alimentos tóxicos o que lleven etiquetas erróneas, dijeron fuentes legislativas. El patrocinador del proyecto, el republicano Rick Keller, afirmó que las demandas «no conseguirán que alguien baje de peso, pero sí que engorde la billetera de los abogados litigantes». El proyecto cuenta con el apoyo del líder de la mayoría republicana de la Cámara de Representantes, Tom DeLay, quien aseguró que «es responsabilidad de uno si come y se enferma, no del restaurante». Europa importa de Estados Unidos prácticamente todas las modas, incluso los malos hábitos en la alimentación y los problemas derivados de ella. El índice de sobrepeso está aumentando asombrosamente en todo el continente, según se desprende de diversos estudios y advierten los médicos. L as autoridades federales suizas anunciaron que estudian gravar con impuestos los alimentos ricos en grasas.