Diario de León
Publicado por
PEDRO CALVO HERNANDO
León

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ES TAN lamentable el espectáculo que estamos presenciando que yo debo confesar a mis lectores que tal vez sea ésta la primera vez que encuentro dificultades de expresión para lo que quiero comunicarles. Yo entiendo lo que es el partidismo, la manipulación y las medias verdades para tratar de salir a flote en situaciones políticas complicadas. Lo que ya no puedo entender es que el interesado en salir a flote, en este caso el PP, utilice recursos que implican una ofensa frontal a la inteligencia de los ciudadanos y una negación desnuda de la verdad de los hechos, al tiempo que intentan atribuir a otros los pecados, incluso confesos, que sólo ellos han cometido y además a la vista de todo el mundo. Esto suele también producir melancolía, puesto que supone el cierre absoluto a cualquier posibilidad de rectificación o de reconocimiento de los propios errores, insisto, aunque estén en la conciencia de todo el mundo, aunque se hayan publicado y comprobado en todos los medios de comunicación nacionales y extranjeros. ¿Qué hacer con ellos en circunstancias como las que describo? Uno de los últimos asaltos a la racionalidad es el de Mariano Rajoy al pedir explicaciones a Zapatero sobre el tema de los documentos secretos del CNI que andan por ahí, muchos en manos privadas de José María Aznar, según él mismo declaró literalmente a Radio Caracol y que hasta el momento no ha desmentido. Si es cierto que los tiene, horrible. Si ahora nos dice que no los tiene, es que el otro día mintió. Entonces habría que preguntarle cuándo mentía, si cuando lo afirmaba o cuando lo negaba. Pues bien, ante este espeluznante jardín en el que el ex presidente está metido, a Rajoy no se le ocurre otra cosa que preguntar a Zapatero por no sé qué papeles que nadie conoce. Esta gente está haciendo y diciendo cosas que producen rechazo intelectual, a parte de la indignación que cada cual pueda generar en su fuero interno por las constantes tomaduras de pelo a la nación, al Parlamento y a los medios de comunicación de personajes como Acebes, Martínez Pujalte, Zaplana, Fungairiño y compañeros mártires. La Comisión del 11-M puede ser la tumba política de todos ellos.

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