La iniciativa se ha intentado implantar en España sin éxito

Lejos del carácter sistemático que tiene esta práctica en Bélgica, en España ha habido algunas experiencias puntuales que no han obtenido el éxito que se esperaba de ella, y mucho menos han alcanzado el abrumador éxito que la iniciativa belga. El juez Giménez García se refiere como ejemplo a la prisión de Basauri (Vizcaya), donde un grupo de reclusos obtuvo un permiso hace varios años para realizar parte del trayecto de la ruta de peregrinación. «Fueron acompañados por funcionarios en clave de voluntariado y por la entonces jueza de vigilancia penitenciaria de Bilbao, Ruth Alonso, que hizo parte del camino con ellos», explica el juez. Sin embargo, éste y otros casos aislados, aunque han dado buenos resultados, no se han utilizado para conmutar las penas de los presos. Únicamente «eran una salida de tipo de educativo que se valoró como una reducción extraordinaria», comenta Giménez García. El magistrado sostiene que es posible aplicar esta medida en España, al contrario de lo que opinan otros expertos si se dan varios requisitos. El juez que quiera facilitar esta experiencia «tiene que contar, por un lado, con la voluntariedad del menor y, por otro, con alguna persona que le acompañe en el viaje», aclara. Con estas dos condiciones «no creo que la legislación actual fuera ningún inconveniente para llevarla a cabo entre menores penados», añade.