Diario de León

«Estoy ante un caos de hielo»

El montañero leonés llega al campo base desde el que intentará hollar la cima del Everest; cambia sus planes y reduce las travesías por la Cascada del Khumbu

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Estoy a 5.350 metros y acabamos de montar el campo base (ayer a las 4.50, hora local en Nepal). Llegamos desde Gora-Shep después de la escalada del Kalapatar (5.600 metros), que me vino muy bien para la aclimatación. Las vistas más espectaculares del Everest se ven desde esa montaña porque en el campo base estamos tan metidos encima de la cascada que no podemos ver la cima. Lo que más me ha impresionado al llegar aquí es ver la espectacular cascada del Solu Kumbu, una cascada de hielo que es un caos absoluto de seracs o grandes bloques de hielo. Tengo la tienda justo enfrente de la cascada y parece imposible que haya un glaciar tan gigante colgando que esté tan roto. Da la sensación de que la Cascada del Khumbu no tiene ningún acceso; sin embargo, hay una ruta casi escondida en la cual un equipo de sherpas han abierto camino. A cambio de 250 dólares nos alquilan su trabajo. Han ejecutado once puentes o escaleras para las grietas más grandes -alguna hasta quince metros de longitud- y han montado cuerdas para poder asegurarlos. También hay muchas cuerdas secas de hasta doce metros verticales que hay escalar literalmente en los mismos bloques de hielo. Los he podido ver desde aquí abajo con los prismáticos. La cascada me ha impresionado muchísimo y al verla he cambiado el planteamiento de escalada. Yo pensaba subir y bajar por la cascada unas ocho o nueve veces -cerca de veinte viajes- pero veo que es muy peligroso y voy a forzar más la aclimatación por la parte alta de la montaña, a partir del campo 1 (6.000 metros). Voy a bajar menos al campo base y portearemos más kilos hasta los campos de altura. Mi plan es subir cuatro veces, incluido el día de cima, y descende otras cuatro, es decir, atravesar la cascada en un máximo de ocho ocasiones. No puedo permanecer mucho tiempo expuesto a esa cascada que se desplaza hasta cuatro metros al día y que constantemente está cambiando el camino porque los hielos que se caen pesan toneladas. Hay que madrugar bastante para escalar por la mañana y evitar las horas centrales del sol. Mientras esté en el campo base, posiblemente bajaré algún día a descansar y a comer mejor a Gora-Shep (5.150 metros) que está solo a dos horas de aquí, porque un nepalí ha instalado allí un gran lodge (refugio) que bastante confortable. Es un lugar bastante agradable porque está en una especie de arenal. Hasta ahora estoy comiendo bastante bien, arroz y patatas. Me gusta la comida nepalí. El dalbat -lentejas con arroz- es el plato más típico. Los belgas han instalado un centro médico del que me acabo de hacer socio. Por cincuenta dólares tengo derecho a cualquier consulta por cualquier cosa que me pudiera ocurrir aquí. Es un pequeño avance para los escaladores porque te da la seguridad de que existen unos doctores con la posibilidad de una evacuación en helicóptero en caso de necesidad. Hoy haremos una nueva puya (ofrenda, oración) con los sherpas. Levantareamos un altar con un gran palo del que saldrán banderas de oraciones: al atravesarlas el aire es como si rezaran en automático. Las ponemos para que estén siempre rezando y emitiendo su poder hacia nosotros cuando estemos escalando. En Pomboche, un lama tibetano nos echó arroz encima para darnos vida y también nos puso cordones amarillos para protegernos en el ascenso y en la bajada.

tracking