Diario de León

El único acusado de haber infectado la enfermedad a 276 pacientes niega todos los cargos

Maeso: «Si tengo hepatitis es porque algún enfermo me ha contagiado»

El anestesista admite que alguna vez se pinchó con agujas usadas por pacientes, «pero nunca al revés»

La fiscalía pide para Juan Maeso una pena de 2.214 años de cárcel en el juicio que se inició ayer

La fiscalía pide para Juan Maeso una pena de 2.214 años de cárcel en el juicio que se inició ayer

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Siete años y medio después de que el caso saliese a la luz pública, 276 pacientes esperan desde ayer que el anestesista Juan Maeso sea declarado culpable de haberles contagiado el virus de la hepatitis C cuando trabajaba en cuatro hospitales de Valencia durante los años 1988 y 1998. Maeso es el único acusado en un macrojuicio en el que el reo, a priori, parecía ya condenado por la opinión pública, pero que tras su primera declaración a lo largo de la mañana de ayer amenaza con sembrar la confusión entre los jueces y convertir el proceso en un episodio largo y farragoso. Maeso, con una entereza que no se le suponía y con una ironía mayor de la esperada por los asistentes al juicio dada la gravedad del caso, negó todas las acusaciones que se le fueron imputando con explicaciones que pueden socavar los argumentos de la fiscalía, que pide para él una pena de 2.214 años de cárcel por 273 presuntos delitos de lesiones y por tres de homicidio imprudente, ya que de los 276 contagiados tres murieron como consecuencia directa de la enfermedad. «Me encuentro bien» El primer desmentido de Juan Maeso fue, cuando menos, sorprendente. Aseguró que desconoce si padece la hepatitis C, con lo cual difícilmente pudo haber contagiado el virus a sus pacientes, ya que se encuentra «muy bien» físicamente y no le interesa saber si está enfermo o no. «No sé si tengo la enfermedad de la hepatitis, porque me encuentro muy bien», dijo el anestesista, aunque sí admitió que en el año 1988 dio positivo en una prueba que le practicaron. El médico también rechazó otro argumento base de la fiscalía, según el cual Maeso era una persona dependiente de los opiáceos, que se los inyectaba por vía parentenal con las mismas agujas que luego él mismo utilizaba con los pacientes operados para suministrarles la anestesia. El doctor desveló que sólo había usado un analgésico opiáceo para mitigar una dolencia que tenía en el codo, para lo que se inyectó en la parte posterior de esa zona, aunque «nunca como consumo». «Sabía -añadió el anestesista- que había un rumor de que era consumidor de estupefacientes, y yo sabía que se iban a agarrar a eso. Todo este número ya me lo preveía», manifestó el reo. Pero el momento culminante de su declaración llegó cuando negó que utilizase agujas usadas por él para suministrar anestesia a sus pacientes. «Si estoy contagiado, -dijo- es por alguno de los enfermos que me ha contagiado a mí, por haber entrado en contacto con su sangre. Eso pasa todos los días, argumentó». Admitió, eso sí, que «alguna vez» se había pinchado con la aguja que previamente había utilizado para anestesiar al paciente, «pero nunca al revés». También precisó que nunca hizo esta operación sólo. «Siempre necesitaba a alguien que me ayudara, aunque fuera sujetando la vía», sostuvo. «Si estoy contagiado es por alguno de los enfermos que me ha contagiado a mí, por haber entrado en contacto con su sangre. Pasa todos los días» «No me siento enfermo ni me creo que tenga la hepatitis, por eso no voy al médico. Estoy seguro de que estoy bien. Siempre lo he estado» JUAN MAESO Médico anestesista acusado «Parece ser que Maeso, igual que tuvo morbo a la hora de actuar, tiene morbo a la hora de ver este juicio y reírse de todos nosotros» AMPARO GONZÁLEZ Afectada

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