Diario de León

Al pie de lechos enfermos

La comunidad de las Siervas de Jesús de León celebra hoy con una misa de acción de gracias el 125 aniversario de su llegada a la ciudad para dedicarse al cuidado de enfermos en sus casas

León

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Durante 125 años se han entregado al cuidado de enfermos en los domicilios y en las clínicas de la ciudad. Hoy lo celebran con una misa de acción de gracias en la Basílica de San Isidoro a las seis y media de la tarde, que presidiría el obispo Julián López. Las Siervas de Jesús, ángeles de la noche al pie de los lechos enfermos, llegaron a León el primero de octubre de 1880 y no han parado ni un solo día. Todavía hoy, con una media de edad que ronda los 70 años, la comunidad de dieciocho hermanas celebran el cumpleaños con la mitad de ellas en activo. La mayoría, como la hermana Amparo, trabajan en la «asistencia», el cuidado de enfermos a domicilio durante la noche. «Están deseando que llegues para contarte todas las penas del día», reconoce la monja, la única compañía, además de dos gatos, de una mujer afectada de esclerosis múltiple. Sor Carmen trabaja como enfermera en la planta cuarta de San Juan de Dios. Su turno fijo es la noche y pese a que ya tiene más de cuarenta años de experiencia todavía le impacta la crueldad de la enfermedad en los enfermos terminales. «Prefiero verlos morir, acompañarlos en ese momento, que encontrármelos ya sin vida; eso es lo que más me impacta», señala. Sor Florinda, que nunca había pensado en meterse monja, salió de su natal Santa Marina de Somoza hacia Bilbao para hacer el noviciado con 20 años y la oposición familiar. Al año siguiente, ya mayor de edad, se incorporaría al mismo carisma su hermana gemela. «Ha sido una renuncia al mundo y una entrega a Dios, pero he sido muy feliz en la vida religiosa», subraya. Empezó su labor en una Teruel destrozada por la guerra y como muchas otras monjas sanitarias sin apenas medios para hacer algo por los enfermos de tuberculosis y fiebres tifoideas. «La asistencia en aquellos tiempos era muy dura». Trabajó en 13 sanatorios y aún recuerda a los numerosos mineros que ingresaban en la clínica Miranda en aquellos años en que hasta se remendaban los guantes de los médicos. «Ahora todo es desechable y atender a un enfermo en un hospital ya no tiene nada que ver». Pero las Siervas de Jesús reivindican dos valores, el amor y la escucha a los enfermos, que no abundan en la sociedad del siglo XXI, mucho más rica que la que vio nacer su carisma en Bilbao en 1872, de la mano de la sor María Josefa del Corazón, canonizada hace cinco años. La hermana Ana, superiora de la comunidad leonesa, recuerda que la «casa de León debe mucho a León y a los bienhechores de esta ciudad» pues de otra, sin más sueldo que el de las enfermeras profesionales, la comunidad no hubiera podido sobrevivir durante 125 años.

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