Diario de León

Las medidas adoptadas en el Protocolo de Montreal son claves para su desaparición

El agujero de la capa de ozono no se recuperará antes del año 20681397124194

Su ausencia puede aumentar los casos de cáncer de piel así como de cataratas en los ojos

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T. Fernández - león
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Según un reciente modelo matemático elaborado por científicos de EEUU, el agujero de la capa de ozono no iniciará su recuperación hasta el año 2068, es decir, 18 años después de lo que preveían los científicos. Para llegar a esta conclusión, contrastaron los datos recogidos por la NASA y fotografías tomadas desde aviones, con el registro de temperaturas de la estratosfera en la Antártida durante la pasada primavera, época en la que el nivel de ozono llega a ser hasta el 70% más bajo de lo normal. Se ha podido reproducir la evolución del agujero durante las tres últimas décadas y proyectado su desarrollo futuro, pudiéndose establecer que hasta el año 2068 no se empezará a cerrar, siempre y cuando se sigan limitando las emisiones de los gases clorofluorocarbonados (CFC). A mediados de la década de 1970 se descubrió que la liberación a la atmósfera de algunos componentes químicos para uso industrial como los CFC (usados en refrigeración, acondicionamiento o equipos contraincendios), podían destruir el ozono e incrementar los casos de cáncer de piel, patologías pulmonares, cataratas, debilitamiento del sistema inmunitario y disminución de la productividad vegetal. Además, los investigadores detectaron que a comienzos de la primavera y sobre la Antártida los niveles de ozono comenzaban a disminuir alarmantemente, sobretodo durante un corto periodo de tiempo. El fenómeno fue conocido como «agujero de la capa de ozono» y cada año ha ido ganando en extensión la zona abarcada y en duración el tiempo que tarda en alcanzar los niveles normales. Esta disminución parece estar relacionada con una combinación entre el adelantamiento de la primavera austral, la presencia de una corriente de aire en la estratosfera que comprime la capa y ensancha el agujero y los gases contaminantes industriales. Depende, además, de las condiciones meteorológicas de la zona ya que las bajas temperaturas (por debajo de -80ºC) aceleran la formación de nubes en la estratosfera y favorecen que los derivados del cloro de los CFC se conviertan en radicales activos que destruyen las moléculas de ozono. La preocupación por estos hechos llevó a los gobiernos a elaborar en 1987 un texto conocido como Protocolo de Montreal en el que se expresaban medidas concretas como prohibir la fabricación de más de 90 sustancias que colaboraban al deterioro del ozono y potenciar la investigación, desarrollo y fabricación de otras que lo preservasen. En la actualidad, existe amplio consenso en la comunidad científica para afirmar que, a nivel planetario, el deterioro de la capa de ozono se ha detenido y que hay signos que apuntan a una recuperación lenta como consecuencia de la aplicación del Protocolo de Montreal. Los expertos recuerdan que el fortalecimiento de la capa de ozono no garantiza la salud atmosférica y que hay que ser prudentes porque siguen existiendo incertidumbres sobre el ritmo de regeneración ligado a los efectos del cambio climático, como aumento del contenido del vapor de agua en la estratosfera, del metano o enfriamiento de la parte baja de la estratosfera. La ONU ha alertado de la aparición de compuestos químicos no recogidos en el Protocolo de Montreal. Se trata de nuevas sustancias, como el Halon-1201, cuyo potencial destructivo de la capa de ozono es muy superior al de los CFC. Advierte, además, sobre el fenómeno del contrabando de sustancias prohibidas en el convenio, en el que se estableció para los países menos desarrollados un plazo más amplio respecto a los del norte para poder seguir utilizando ciertos productos nocivos. Los ecologistas, por su parte, han instado a los gobiernos a que eliminen todos los compuestos perjudiciales.

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