Una elevación de la temperatura durante quince minutos

El golpe de calor es la elevación de la temperatura corporal por encima de los 39 y 40 grados, durante periodos de 10 a 15 minutos, lo que puede causar un colapso cardiorrespiratorio y el fracaso de la función de varios órganos. Algunos de los síntomas más importantes son mareo, confusión, sudoración excesiva con posterior falta de calor, enrojecimiento, sequedad de la piel, fiebre, aceleración del ritmo cardíaco con latido débil y dolor de cabeza. Ante su aparición, se debe solicitar asistencia médica urgente y, mientras ésta llega, colocar al afectado en un entorno fresco y enfriarle el cuerpo con aire o agua fría. Las autoridades sanitarias y Protección Civil insisten en la importancia de evitar la exposición a altas temperaturas, resguardarse en lugares bien ventilados y tomar comidas ligeras y regulares ricas en agua y sales minerales. Piden que las personas que van a estar por la calle se vistan con ropas de color claro, que cubran la mayor parte del cuerpo, especialmente la cabeza, y evitar permanecer en vehículos cerrados, principalmente si se trata de personas mayores y niños. En el verano del año pasado fueron nueve las personas que murieron por esta causa, según los datos oficiales publicados por el Ministerio de Sanidad, y en el del año 2004 se registraron 26 víctimas mortales.