Diario de León

La enfermedad permite jugar y hacer deporte, actividades clave para evitar la marginación

El 30% de los padres con hijos asmáticos mantienen el hábito de fumar en la casa

El tabaquismo no causa el asma pero sí influye tanto en su frecuencia como en la evolución El d

En algunos hogares los fumadores optan por fumar en espacios abiertos como las ventanas

En algunos hogares los fumadores optan por fumar en espacios abiertos como las ventanas

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Manu Mediavilla - madrid
León

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Los niños con asma deberían vivir en un ambiente sin humo de tabaco y libre de productos químicos desencadenantes de crisis, pero un 30% de sus padres fuma en casa y muchos siguen usando artículos de limpieza hogareña que inflaman los bronquios, el rasgo característico de esta enfermedad crónica de las vías aéreas. Los especialistas consideran que esa realidad es fruto de una mala información y educación sanitarias, por lo que sugieren «explicar antes que culpabilizar» a los progenitores para que ayuden a sus hijos a llevar «una vida lo más normal posible», incluidos juego y deporte, «con la medicación que necesiten». Pilar González, del madrileño Hospital Gregorio Marañón, recuerda que el tabaquismo es «una adicción seria de la que no es fácil quitarse» y que, además, se ve «favorecida por el estrés» de la vida cotidiana. Pero insiste en que, «si informas bien de cómo el tabaco puede desencadenar crisis asmáticas», los padres serán más receptivos y extremarán su cuidado para librar a sus hijos del humo de los cigarrillos. Paradójicamente, todavía hay progenitores que procuran no fumar en casa, pero lo hacen en el coche en el que llevan al colegio a sus hijos, o que entran con éstos en bares de cargada atmósfera tabáquica. Riesgo duradero La apuesta persuasiva de la experta tiene como telón de fondo el estudio epidemiológico bautizado con las siglas SANE, que sitúa el tabaquismo de los padres de niños asmáticos al mismo nivel de la población general (30% según la Encuesta Nacional de Salud 2006) y que dibuja parecidos rasgos, con más padres fumadores (40%) que madres (31%). El 25% de éstas reconoce, por otra parte, haber seguido fumando durante su embarazo, una circunstancia que eleva fuertemente el riesgo de desarrollar asma infantil. Los expertos aclaran que el tabaquismo no causa asma, pero sí influye en su frecuencia y evolución. La advertencia médica es clara: la exposición de los niños asmáticos al humo del cigarrillo desencadena crisis agudas, y el hecho de que sus padres fumen empeora su pronóstico a largo plazo, con peor respuesta al tratamiento, mayor necesidad de medicación, más visitas a urgencias y más ingresos hospitalarios. Y al revés: si los progenitores dejan el tabaco y libran a sus hijos de respirar ese humo contaminado, los síntomas de la enfermedad tienden a ser más leves. Los datos del estudio SANE, coordinado desde el barcelones Hospital Vall d'Hebrón por los neumólogos pediátricos Santos Liñán y Antonio Moreno, sugieren que esa voz de alerta médica empieza a calar poco a poco entre los padres. Un 6,5% ha dejado de fumar por la enfermedad de su hijo, y otro 9% confiesa su intención de hacerlo, aunque todavía queda un importante 21,5% que sigue enganchado al cigarrillo; el restante 63% puede ser etiquetado como no fumador.

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