El agua, frente a la costumbre

Por las vetustas calles del barrio Húmedo de León pasó ayer la procesión del Corpus Chico, organizada por la Real Cofradía del Santísimo Sacramento de Minerva y Veracruz, y en la que participó la corporación municipal, cumpliendo así la costumbre adquirida por el Ayuntamiento en 1937 de acompañar a la comitiva, que no pudo completar el recorrido, deslucido por el aguacero que cayó en la capital a los pocos minutos de comenzar a andar. Los actos empezaron al resguardo de la iglesia de San Martín, donde se ofició una misa, que situó el prólogo de una marcha en la que la imagen del Santísimo debía parar en tres de las plazas del casco antiguo, pero la lluvia se lo impidió y los hermanos cofrades prefirieron no seguir con el programa para evitar que el paso sufriera desperfectos. El barrio de San Martín, desde siempre, se involucra de lleno en esta tradición y son muchos los vecinos que adornan sus balcones para recibir a los que procesionan en el Corpus Chico. También son muchos los leoneses que aguardan en los laterales de la calle para contemplar el paso de la comitiva, aunque ayer el tiempo les jugó una mala pasada. Los que más sufrieron por la suspensión de este acontecimiento costumbrista fueron los niños que hacían la primera comunión, al ver como la lluvia ahogaba parte de la ilusión que desprendían por este importante día, aunque antes, y por poco tiempo, si pudieron acompañar, aunque sólo fuera por unos metros, a la imagen del Santísimo, que no alcanzó el final del trayecto.