Diario de León

Asalto a la memoria histórica

El panel del memorial que rinde homenaje a las 56 personas «paseadas» durante la Guerra Civil en la venta de Cantarranas (Carrocera) es destrozado a las pocas semanas de inaugurarse

León

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El escultor Amancio González diseñó El hito de la memoria , homenaje a las 56 personas paseadas en Carrocera en 1936, como un alegato contra la guerra. Pero, apenas unas semanas después de su inauguración, el memorial ya ha sido víctima de la revancha, ese espíritu de venganza que dejó tantas vidas en la cuneta durante la Guerra Civil. El ataque, difícil de acometer contra las diez toneladas de mármol negro de la escultura principal, fue directo al punto más vulnerable del conjunto escultórico-poético: el panel con la relación de nombres y la procedencia de las 56 personas asesinadas en el paraje de la venta de Cantarranas, recientemente repuesto tras añadir a la relación inicial la identidad de tres víctimas más, naturales de Riello, Valladolid y Rioseco de Tapia. El poema Camposagrado , particular homenaje de Juan Carlos Pajares a las víctimas, que se reproducía en el soporte de metacrilato, también resultó dañado por el impacto de una piedra u otro objeto contundente. La Asociación de Estudios sobre la Represión en León (Aerle) denunció ayer el ataque en el cuartel de la Guardia Civil de La Magdalena. Su presidenta, Encina Cendón, lamentó «el daño moral» de lo que considera más que un acto vandálico, «la crónica de una muerte anunciada». «Desde el principio nos temíamos ésto porque parece que la idea de recordar a los paseados no cayó bien en algunos sectores de la zona», apostilló, tras observar que el impacto se ensañó sobre los nombres de personas de Riello y La Magdalena. En la conocida como carretera de la mala muerte fueron asesinadas otras personas de Luna, Babia, Valderas y León. Es el tercer memorial en honor a los represaliados promovido por Aerle. Pero ni en Valverde de la Virgen y ni en Jabares de los Oteros «hemos sentido esta amenaza y mucho nos tememos que sea un aviso de algo más graver», recalcó Cendón. El hito de la memoria, realizado con una subvención de Presidencia del Gobierno, se alza en una parcela particular entre Benllera y La Magdalena, su escultura principal, de tres metros de altura, es una persona frente a un muro para ser ajusticiada. Desde arriba, tres cráneos se enfrentan al asesino a modo de conciencia, la que faltó a los asesinos en 1936, y a los asaltantes del memorial ahora. Pero el recuerdo de las víctimas, como el poema de Gamoneda Ha de llover , están grabados en acero -las 53 columnas que rodean la escultura- y en el corazón de sus familias. Encina Cendón lleva escrito a fuego en su memoria que también su abuelo fue asesinado en la venta de Cantarranas.

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