Diario de León

Cosas de aquí y allá | La vida protegida

Retrato íntimo del oso

El Fapas expone en El Corte Inglés las colecciones didácticas que elaboró sobre la fauna y la flora de los montes cantábricos, entre las que destaca el seguimiento a la población osera

Publicado por
L. Urdiales redacción
León

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El oso, que está en la cima de la protección del ecosistema y cuya presencia garantiza por sí sola la conservación adecuada del entorno, forma el núcleo de las colecciones didácticas sobre la fauna y flora cantábricas que ha elaborado el Fapas y se exhiben hasta el próximo 3 de noviembre en el centro comercial de El Corte Inglés de León. El oso a las 10.30 de una mañana de otoño, descorteza un roble en busca de un escarabajo; el oso en una media tarde de marzo, pasta en una campera hierba tierna para saciar la sensación e hambre con la que deja la cueva tras el invierno; el oso en su primer agosto corre tras su madre en medio del bosque en busca de hayucos; o el oso desplazando un peñasco de notables dimensiones bajo el cual se oculta un hormiguero con el que el animal se va a dedicar un banquete. Imágenes de este tono, -el oso como es y no como lo pintan- se exponen a cargo del Fondo para la Protección de Animales Salvajes, promotora de un documento extraído del seguimiento y la actualización de la población osera en los montes de León, Asturias y Cantabria. Alejandro González, que es responsable de educación ambiental del Fapas, explicó ante una audiencia selecta el recorrido de los osos de enero a diciembre, con la prueba irrefutable que aporta la cámara fotográfica, testigo de los detalles de la vida y costumbres de los osos pardos en las montañas cantábricas, donde aún dan la batalla de su supervivencia como especie amenazada de extinción. Alejandro González recreó la explicación en las cuatro estaciones, desde la dieta al cobijo, o al alumbramiento. «La otoñal, en la que la especie hace acopio de reservas y complementa la aportación con la carne que necesita para un equilibrio alimenticio, puede marcar que los ejemplares entren o no en hibernación», aclara el responsable del Fapas, que distingue la única certeza que pesa sobre el proceso de dormida de los osos: el alumbramiento. «Los oseznos nacen cuando las osas madres están en hibernación; en la época de Reyes», concretó González. Así empieza la vida, según la secuencia fotográfica. Acompañan al plantígrado paneles monográficos sobre el lince y el gato montés, las cigüeña, los murciélagos, los búhos y el tejo; también las golondrinas. Y a la cabeza, el oso, al que los proteccionistas definen como especie paraguas. Bajo ese amparo se resguardan otros animales que habrían dejado el campo libre si al gran oso pardo no se le hubiera dado cuartel en los últimos años.

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