Los antídotos contra la crisis

madrid

No caer en el pozo abisal de la obsesión y aferrarse a lo que «uno es» interiormente y a lo que ya «tiene» (no solo valores económicos, sino también sociales, familiares o de otra índole) son pautas fundamentales para mantener la estabilidad y hacer frente al pánico contra la crisis. Así lo sostiene el médico y psicólogo Rafael Coullaut, quien admite que las turbulencias que nos acechan han disparado las consultas terapéuticas, sobre todo en lo que concierne al «miedo al despido».

Personas con trastornos nerviosos o del sueño, de angustia y ansiedad copan las clínicas psicológicas a raíz de los nubarrones económicos, pero este especialista ha extraído como conclusión que «la crisis ha sido el detonante, porque ya había algo de base meses antes de que estallara».

Se refiere Coullaut a personas que venían de una situación de «alto estrés o elevada tensión», que traían en la mochila una «inestabilidad previa» de carácter económico o social y a los que las perturbaciones financieras «han desequilibrado en muchos aspectos». Hay, según este experto, un perfil de las personas más afectadas por el pavor ante la situación que vivimos. Es aquella en la que sus rasgos caracteriales son de tipo ansioso y obsesivo.

«Son más vulnerables, más sensibles y están más propensos a la crisis y a las situaciones de estrés que conlleva, aunque objetivamente no vayan a ser víctima de ella».

La negrura de la obsesión es, sin duda, el gran peligro. «La idea negativa domina y es reiterativa, el cerebro lo cree así y uno es su víctima sin poder hacer otra cosa». Es en este momento cuando el afectado debe acudir a un profesional, «porque ya no depende de su voluntad querer o no querer salir de esa situación angustiante. Necesita ayuda; por sí solo no se puede abandonar esa espiral», dice el especialista.