En el punto de mira

león

El teléfono suena sin pausa. Radios, televisiones, periódicos y, sobre todo, bancos llaman constantemente a Pilar Escudero, propietaria de la administración de loterías situada en el número 42 de la avenida Reyes Leoneses, en el interior del estanco de Eras, donde se selló este fin de semana el Boleto del Gordo de la Primitiva con la combinación 49-9-46-45-35 y el 0 como reintegro, que da a un único acertante 8.197.424,81 euros, el mayor premio de la historia conseguido por un ciudadano en la provincia.

La identidad de esta persona permanece en el aire. Nadie lo conoce, ni si quiera quien validó el cupón.

-”No tengo ni idea. Todos preguntan lo mismo, pero por aquí no ha venido nadie.

Pilar Escudero repite la misma respuesta, que adorna con un «me encantaría conocerlo», mientras recuerda cómo se siente quien ha acompañado a la suerte al menos por un día. Su sonrisa desborda su cara.

-”Estoy encantada, relata con tono firme, aunque algo quebrado por las emociones que de cuando en cuando rompen alguna palabra.

La alegría preside un espacio de diez metros cuadrados, con un mostrador en forma de «L», donde dos mujeres atienden a la clientela. Pilar sigue al teléfono.

-”Siempre nos echáis en cara que no damos ningún premio. No quiero volver a oír nada de eso.

Así recibe una de las empleadas a una señora que entrega un boleto de la Primitiva y otro del Euromillón, por si acaso la suerte ha decidido pasar en León unos días más para romper con décadas de olvido.

-”Ocho millones de euros es demasiado para una persona sóla, yo no quiero tanto. Dice otro hombre que sólo compra tabaco.

-”Más vale mucho que nada, contesta una mujer.

Todos hablan de lo mismo. En el estanco, en el barrio, en el supermercado, en los bares, en parques, terrazas... Y en las entidades financieras.

-”Entre los que han llamado y los que han venido ya he hablado con media docena de bancos.

Pilar Escudero contesta a todos que no sabe quién es el afortunado.

-”La mayoría no me creen, pero la verdad es que no tengo ni idea, asegura.

Nadie lo sabe y quizá nunca trascienda, a pesar del esfuerzo de algunos por captar tal cantidad de liquidez, un propósito que acompañan los comerciales de prebendas para invitar al premiado a refugiar su recién adquirido patrimonio en este u otro sitio. Quizá ya sea demasiado tarde para flexibilizar las últimas costumbres financieras. La crisis ya ha liberado a este leonés, que no será presa del bloqueo a los créditos, el paro y la incertidumbre que sí sufren otros, si es que antes tenía estos problemas.

Su mecenas, Pilar Escudero, lleva cuatro años al frente de este despacho de loterías. Ha repartido varios premios, según cuenta, pero ninguno por encima de los seis mil euros. Confía en que a partir de ahora venga más gente a su estanco a «echar la lotería» y espera entregar muchos más millones en otros sorteos, porque la suerte ya no le es esquiva, aunque en un primer momento pensó que podía ser ella la acertante.

El susto duró poco. Pronto dio paso al esparcimiento.

-”Ahora hago las maletas para irme al Caribe porque todos me dicen que si les toca me llevan de vacaciones, finaliza.