Diario de León

Las protestas se saldan con 25 heridos, cinco de ellos policías autonómicos, y seis detenidos

Los mossos desalojan a los anti Bolonia encerrados en la universidad

El rector de la UB asegura que la mayoría de los manifestantes «no eran estudiantes»

Los Mossos d-™Esquadra escoltan a uno de los universitarios detenidos

Los Mossos d-™Esquadra escoltan a uno de los universitarios detenidos

Publicado por
Cristian Reino
León

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barcelona

Rebelión en las aulas y en la calle. Seis estudiantes detenidos, 20 alumnos y cinco policías heridos, uno de ellos grave, y 16 universitarios imputados por desobediencia y desórdenes es el balance de la batalla campal que se vivió ayer miércoles en las calles adyacentes a la Universidad de Barcelona (UB), entre agentes antidisturbios de la Policía catalana y universitarios de la plataforma anti Bolonia. El enfrentamiento se produjo después de que los Mossos d-™Esquadra desalojaran, a las cinco de la madrugada y por la fuerza, al medio centenar de estudiantes que permanecían encerrados desde el 20 de noviembre en el edificio central de la UB, en la plaza Universitat, como protesta contra el plan Bolonia, cuya aplicación reclaman que se paralice.

El rector de la UB, Dídac Ramírez, justificó su decisión de desocupar el campus. «El acuerdo al que llegamos con los estudiantes para mantener el encierro consistía en que no hubiera violencia, pero algunos grupos han pasado la línea roja. Es más, algunos encerrados no eran ni universitarios. No he tenido más remedio». «Era un espacio que el rector nos había prometido no desalojar y que demostraba que las vías de diálogo son posibles con el movimiento estudiantil», replicó Pere Duran, portavoz de los movilizados, que dio por «rotos todos los cauces de negociación».

Tras el desalojo y al grito de «somos estudiantes, no delincuentes» y «libertad de expresión, policía no», una decena de estudiantes intentó volver a ocupar el rectorado y otro grupo formado por medio centenar de personas cortó la Gran Vía, una de las principales arterías de Barcelona, lo que ocasionó grandes atascos y retenciones en el centro de la ciudad. Eran las nueve de la mañana y este movimiento estudiantil fue contestado por la policía con cargas y golpes de porra para tratar de dispersar la protesta y despejar el tráfico, que estuvo interrumpido durante 20 minutos. «Repartían de tal manera que era violencia pura y dura, yo tengo el cuerpo lleno de moratones», dijo un alumno. «No estábamos haciendo nada y de repente han venido y han empezado a pegarnos con las porras, han sido momentos de histeria total», señaló otra estudiante, Eura Posada.

La actuación policial fue contestada con algaradas por parte del alumnado en diversos puntos de la ciudad (en la universidad, frente a la Consejería de Educación y en el Salón de la Enseñanza), donde las carreras y los lanzamientos de botellas, contenedores y sillas de las terrazas de los bares se sucedieron a los porrazos. Todo el personal administrativo y docente del centro universitario tuvo que ser desalojado, ya que la policía les dijo que no podían garantizar su seguridad. Por ello, el rector decretó suspender las clases.

La decisión no fue del agrado de todo el mundo. «Me parece muy bien que protesten contra el plan Bolonia, pero, ¿y los demás, qué? Yo me he levantado a las 6 de la mañana para venir aquí y quiero dar mis clases, que para eso pago la matrícula», señaló Jessica Tomás.

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