Diario de León

Las reglas de oro

La higiene y el sentido común dan las pautas para un verano sin contratiempos

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C. Tapia - león
León

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Lo importante es que estas enfermedades transmitidas por los alimentos se pueden disminuir fácilmente con unas sencillas medidas de prevención. 1 Elegir los alimentos tratados con fines higiénicos. Conviene adquirir la leche pasteurizada en vez de cruda, y si es posible, comprar pollos (frescos o congelados) que estén tratados. Los alimentos que se comen crudos, como la lechuga, deben lavarse cuidadosamente. 2 Cocinar bien los alimentos. Muchos alimentos crudos (los pollos, la carne y la leche no pasteurizada) están a menudo contaminados por agentes patógenos que pueden eliminarse si se cocinan bien. No hay que olvidar que la temperatura aplicada debe llegar al menos a 70 grados en toda la masa del alimento. Si el pollo asado se encuentra todavía crudo junto al hueso, habrá que meterlo de nuevo en el horno. 3 Consumir inmediatamente los alimentos cocinados. Cuando los alimentos cocinados se enfrían a la temperatura ambiente, los microbios empiezan a proliferar. Cuanto más se espera mayor es el riesgo. 4 Guardar cuidadosamente los alimentos cocinados. Los alimentos bien conservados deben tener unas buenas condiciones de calor (por encima de los 60 grados) o de frío (cerca o por debajo de los 10 grados). Esta regla es vital si se pretende guardar comida más de cuatro o cinco horas. En el caso de los alimentos para lactantes, lo mejor es no guardarlos, ni poco ni mucho. No hay que colocar en el refrigerador gran cantidad de alimentos calientes para evitar recargar el aparato. 5 Recalentar bien los alimentos cocinados. Esta regla es la mejor medida de protección contra los microbios que puedan haber proliferado durante el almacenamiento. 6 Evitar el contacto entre los alimentos crudos y cocinados. Un alimento bien cocinado puede contaminarse si tiene el más mínimo contacto con alimentos crudos. 7 Lavarse las manos a menudo. Hay que lavarse bien las manos antes de empezar a preparar los alimentos y después de cualquier interrupción. Si se ha estado preparando ciertos alimentos crudos, tales como pescado, carne o pollo, habrá que laverse de nuevo antes de manipular otros alimentos. 8 Mantener limpias todas las superficies de la cocina. Los paños en contacto con platos y utensilios deben lavarse cada día.

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