Diario de León

Su objetivo es crear servicios de información y apoyo y acabar con el estigma social

Las familias de afectados por trastorno límite crean una asociación en León

«Aparte de invalidar para la vida, el TLP produce un gran sufrimiento», afirma la presidenta

León

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María (nombre ficticio) vivió una infancia normal, aunque tuvo que enfrentarse a la pérdida del padre con nueve años. A medida que crecía su madre veía que las conductas propias de la «edad del pavo» se acentuaban de día en día. Cuando descubrió que María sufría bulimia y anorexia ya había pasado bastante tiempo desde que la cría, con 13 años, confesaría después, empezó con los primeros síntomas de la enfermedad. Luego llegó el primer ingreso hospitalario y un largo peregrinaje por hospitales públicos y privados hasta que a los 18 años la diagnosticaron trastorno límite de la personalidad (TLP). Su familia tuvo que buscar tratamiento fuera de León. La terapia que realiza la permite vivir actualmente con más normalidad. Pero no quiere decir que todas las personas que sufren anorexia sean TPL. Es un trastorno difícil de identificar, precisamente porque los síntomas se recubren con la aparición de otros problemas: trastornos de la alimentación, toxicomanías, ludopatía e intentos de suicidio, entre los más frecuentes. Una de las características de su perfil general es que «suelen mimetizar de otras enfermedades», precisa la trabajadora social de la Asociación Leonesa de Ayuda e Investigación al Trastorno Límite de la Personalidad, Cristina Turrado. Sentirse identificados con otra enfermedad les ayuda a ver más claro su problema. O, en otras palabras, el sentimiento de vacío que tienen es tan profundo que prefieren ser anoréxicos, toxicómanos o ludópatas «antes que nada». Este es uno de los motivos por los que desde el colectivo que arranca en León sin apenas medios -tienen un espacio cedido temportalmente en la Asociación de Madres Solteras Isadora Duncan- exigen unidades específicas de tratamiento en el dispotivo de atención a la salud mental. «Si se juntan con personas que sufren otras enfermedades mentales corren el riesgo de aprender sus síntomas y de esta forma ver más claro lo que les pasa», añade. Este trastorno y sus crisis impulsivas pueden ser de mayor o menor intensidad. Los síntomas del TLP están definidos en el Manual de Diagnósticos (DSM) de la Asociación de Psiquiatría Americana (APA), pero en España sólo existe una unidad específica en Zaragoza y contados profesionales que realicen terapias específicas. «Aparte de invalidar para la vida -enfatiza la presidenta de la asociación leonesa, Josefa Julia López- las personas con TLP tienen un gran sufrimiento», una sensación insoportable de vacío que les conduce a la apatía, la indiferencia y el aislamiento. Por ello, anima a las familias de los afectados a que «no se avergüencen y no lo oculten». Desde la asociación se pretende visibilizar la enfermedad y reclamar los derechos de los afectados y sus familias, fomentar la investigación en cooperación con profesionales y crear un servicio de informacióny asesoramiento psicosocial y jurídico y otro de formación y apoyo a las familias y cuidadores. La asociación plantea la derivación de casos a los recursos sociosanitarios existentes en León y acabar con la «estigmatización» de una enfermedad hasta ahora poco tratada en el sistema de salud.

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