Termómetro y antisépticos

No puede faltar nunca en el botiquín, además de material para curas, un termómetro para los casos en que tengamos la sospecha de padecer fiebre. También es bueno tener antisépticos para desinfectar heridas y cortes leves, analgésicos y antipiréticos para aliviar el dolor y la fiebre, antihistamínicos para tratar las reacciones alérgicas, antiácidos para las malas digestiones y el dolor estomacal, antidiarreicos y fórmulas de rehidratación oral para tratar diarreas y vómitos, medicamentos contra el mareo, productos para picaduras, repelentes de insectos y protectores solares de alto factor de protección.