Diario de León

Arte y Patrimonio en Santa Colomba de Curueño

El castillo de San Salvador y la ermita de Santa Ana son sus máximos exponentes

Casa de aquitectura tradicional.

Casa de aquitectura tradicional.

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León

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Es Santa Colomba de Curueño uno de los municipios de la provincia leonesa donde el estilo románico poopular tiene uno de sus mayores exponentes gracias a su variado patrimonio artístico en el que destacan piezas de enorme valor. Edificios centenarios con preciosos retablos y una variada imaginería que data del románico, el gótico, el renacentista o el barroco son parte de sus señas de identidad. De cuidarlas y darle el valor que merecen se encargan las distintas asociaciones culturales de la zona, cuyo trabajo se centra en rescatar y conservar las numerosas tradiciones del lugar.

Ocho pueblos son los que integran este municipio del flanco sur del Valle del Curueño saplicado por construcciones de adobe y una red de acequias que forman un espacio mágico de regadío. Su imprevisible riqueza artística, refugiada en centenarias ermitas e iglesias en las que convive una hermosa imaginería, deja bien claro que aquí hay mucho que ver.

Entre su importante patrimonio artístico se encuentra el castillo de San Salvador, una construcción medieval que está siendo recuperada después de que el año pasado la Comisión Provincial de Patrimonio autorizase las obras, al igual que ocurrió con la ermita de Santa Ana de Santa Colomba de Curueño. Las obras comenzaron por una fase de desbroce del matorral y limpieza de vegetación arbórea selecctiva dentro del ámbito del foso y del espacio que ocupa la fortificación para permitir la exposición de sus construcciones y, con ello, el levantamiento cartográfico más preciso posible del conjunto edificado. Es la de San Salvador una fortaleza que se remonta al siglo IX y de la que apenas quedaron paredes de mampostería y ‘montones de piedras’ que hasta ahora hacían difícil hacerse una idea de la magnitud de una edificación que contó al menos con seis torres y que aún fue visible hasta principios del siglo XX.

Por su parte, la ermita de Santa Ana fue erigida en el siglo XVI y ‘colonizó’ parte de la estructura del castillo.

Sin embargo, no es lo único que tiene que ofrecer Santa Colomba de Curueño al visitante, un territorio jalonado de historia que compone su gran patrimonio artístico y monumental como el inventario de cerca de cincuenta labras heráldicas, testigos de la nobleza generalizada de la zona. La lápida sepulcral de Barrillos de Curueño, los edificios solariegos, las casonas señorales, las casas blasonadas también merecen un espacio entre lo más destacado. También las epigrafías o grabados en piedra. Las sirenas de Ambasaguas son una muestra significativa de la simbología del románico. Un buen equipamiento turístico, la lucha leonesa y su variada gastronomía forman, asimismo, parte de sus alicientes.

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