Diario de León
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c Juan Pedro Martínez escribe que ‘¡Así no!’: «Por si vale para algo, voy a decir como hubiese organizado yo la salida de los niños. Siendo consciente de la realidad social, que los niños son intocables y que los padres tienen poca autoridad para controlarlos, hubiese hecho divisiones por edades: de 0 a 3 años, de 4 a 7, de 8 a 13 y hubiese distribuido el día en atención a esas franjas, con esto hubiese conseguido evitar las grandes concentraciones y un mayor control sobre todo en la franja entre 8 y 13 años. Dependiendo de la densidad e población de las zonas quizá hubiera que hacer más divisiones, por calles, por números de las casas, etc. Cualquier funcionario de los que se dedican a estas cosas lo hubiera hecho sin ninguna dificultad. Está claro que de ésta o similar manera no se hubiese producido el bochornoso espectáculo que henos tenido que ver y sufrir. Además, hubiera prohibido los juguetes, son un foco de contagios. Dicho todo esto desde una posición responsable en una situación de emergencia sanitaria como la que estamos viviendo. Lo que se ha hecho denota muy poco conocimiento de la realidad social y una clara ineptitud. Repito una vez más no es una crítica al Gobierno, es una crítica a la ineptitud. Siento de veras no poder opinar de otra manera y espero que haya suerte y no tengamos que lamentar la desbandada que todos hemos visto.

c Inés Suero González propone un ‘Para, detente, espera. No corras tanto: vete más despacio’: «¿Quién nos lo iba a decir que íbamos a llegar hasta aquí? Recuerdo cuando salíamos a la calle sin miedo a que un policía te pudiera parar y preguntar a dónde vas. Cuando podíamos salir con total libertad. Cómo íbamos a imaginar que el hecho de salir a la calle nos lo iban a privar. Parece un sueño del que ya queremos despertar. Llevábamos una vida de constante movimiento. Una vida inmersa en la rutina, estrés y actividad. Cada día te levantabas y ya sabías qué hacer: familia, trabajo, sociedad, ocio… Pero… ¿qué es esto que nos ha hecho parar? Ahora el tiempo sigue su curso, pero con otro movimiento. Te levantas y… respiras, esperas, piensas. El tiempo es el mismo pero con otro tempo. Se ha hecho más lento. Ha llegado el momento de convivencia y recogimiento. Momento para pensar si quiero que las cosas sigan igual, o por el contrario, recapacitar y querer cambiar. Es momento de tranquilidad, silencio y ausencias. Encontrarse con uno mismo. Pensar: ¿qué es lo que quiero cambiar?, ¿qué es lo que quiero mejorar? Y en realidad, ¿qué es lo que echo de menos?; ¿poder abrazar?, ¿poder besar?, ¿poder tocar? Acaso cuando podíamos hacerlo, ¿no lo hacíamos?, y ahora que no podemos, ¿lo echamos de menos? Piensa en todas esas personas que quedaron sin esa muestra de afecto: un saludo, un guiño, una mirada, una sonrisa sin más. Despierta. Sé consciente de las bases de la humanidad. De las cosas que nos alimentan en realidad. Ahora te das cuenta de que el tiempo no importa si no lo compartes con los demás. Que los minutos se hacen horas y las sonrisas son efímeras si no hacen eco en los demás. Es hora de despertar para poder mejorar y avanzar. No te opongas al movimiento natural. Deja que surja y fluya. Déjalo estar. Ahora ya no podemos hacer más. Volveremos a la normalidad y cuando ese momento llegue, empezaremos a caminar. Caminaremos con paso lento, pero firme y reforzado. Dejaremos de mirar hacia abajo para mirar al frente y hacia los demás. El regalo de la vida se vuelve a hacer ‘presente’ para ti. Valoraremos las pequeñas cosas que nos empujan y nos dan fuerza para resurgir. Agradeceremos cada pequeño detalle que nos haga volver a vivir y a sentir. Empecemos un nuevo recorrido. Pongamos el cuentakilómetros a cero y comencemos a vivir. Una nueva forma de vida está en ti».

c José María Babot critica el odio: «Parece mentira lo que odian la palabra y la forma de ser de los izquierdistas, hacia los que ellos llaman ‘facha’ con carácter de menospreciar, menoscabar e insultar a los que no tienen, por suerte, la misma forma de pensar que ellos. Esa palabra, que la mayoría de esos de izquierda, sobre todo los callejeros, no tienen ni idea de donde proviene esa palabra. Deberían leer algo para enterarse o ir a clases de política para que sus jefes les instruyan, pero es mucho pedir. Es mejor ser analfabeto. Tenemos al vicepresidente segundo del Gobierno actual, Iglesias, que se llenó la boca a llamar ‘facha’ a todo el que no pensaba como él y sus palmeros. Se llama facha por ser católico y creer en Dios. Por no estar de acuerdo con este Gobierno. Por defender nuestra bandera y nuestro país. Por temer al comunismio más radical. Por admirar a empresarios que sienten. Por aplaudir a nuestro Ejército. Pues sí, a mí me lo llaman, pues sí, lo soy y a mucha honra».

¿El presidente Pedro Sánchez debería repensar su Gobierno con Unidas Podemos por las actuaciones de este partido?

SÍ 66%

NO 34%

Considera que las víctimas mortales del coronarivus deberían tener un mayor reconocimiento desde las instituciones?

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