Diario de León

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La franja de terreno sobre la que se levantaba el muro de Berlín, de más de 160 kilómetros, se ha convertido en una ruta para bicicletas en la que se encuentran huellas de la transformación vivida por la capital alemana desde 1989 y testimonios de lo ocurrido durante la división.

El camino del muro rodea lo que en otro tiempo fue Berlín Occidental, lo que recuerda que la frontera no sólo partía la ciudad en dos sino que además separaba la parte oeste del territorio de la extinta República Democrática Alemana (RDA). «La ruta corresponde al camino por donde se movían los guardias de fronteras», explica el historiador Manfred Wichmann, de la Fundación Muro de Berlín, que se ha encargado de ubicar en el camino una serie de informaciones sobre lo ocurrido durante los años de la separación.

Ese camino estaba, al menos en la mayor parte de su recorrido, situado entre dos muros. Uno que daba hacia el este, después del cual se situaba la llamada franja de la muerte, y otro detrás del cual estaba Berlín Occidental.

LAS PRIMERAS VÍCTIMAS

El recorrido se puede iniciar a pocos metros de la estación central de trenes de Berlín, frente a la cual se encuentra, al lado de un canal, un monumento a Günther Litfin, una de las primeras víctimas mortales de la división. Fue alcanzado por los disparos de los guardias de fronteras cuando trataba de atravesar a nado el canal. Su historia puede leerse cuando se llega al Cementerio de los Inválidos, que quedó partido por el muro en 1961. Allí, junto a restos del muro que siguen en pie entre tumbas de militares prusianos, hay reproducción de recortes de periódicos de la época.

Litfin murió el 24 de agosto de 1961, nueve días después de la construcción del muro. La ruta de bicicletas atraviesa el cementerio y bordea el canal donde falleció.

La información sobre este suceso viene acompañada por la de otra muerte: el guardia de fronteras Peter Göring, quien cayó por los disparos de un policía de Berlín Occidental que abrió fuego después de que Göring disparara contra alguien que intentaba atravesar la frontera hacia el este.

A lo largo del recorrido, se encuentran varios carteles en el que se hace un resumen estadístico de las víctimas del muro.

Se habla de al menos 136 muertos entre 1961 y 1989. De ellos 89 cayeron cuando intentaban huir y otros 30 fallecieron sin intención de escapar y como consecuencia de malos entendidos o accidentes. Entre las víctimas hay también ocho guardias de fronteras.

Dejando atrás el Cementerio de los Inválidos, el camino prosigue por calles sin recuerdos hasta el siguiente punto significativo: el memorial de la Bernauerstrasse, donde hay un centro de documentación, un trecho original del muro y un museo al aire libre. Allí se puede encontrar todo lo que hay que saber sobre el muro. Pero es también un lugar es mejor detenerse poco tiempo si se quiere hacer la ruta completa, que sigue, a lo largo de la Bernauerstrasse, hasta llegar al Mauerpark, el parque del Muro.

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