«Es increíble el ambiente de fútbol que se vive aquí»

Año nuevo, vida nueva. Y este año, más nueva que otros. Después de cuatro temporadas con el mismo entrenador, la Deportiva cambia la cara del máximo responsable técnico, con todo lo que ello significa. José Gomes llega al equipo berciano con ilusión y con la intención de hacer un buen trabajo en la décima temporada del equipo blanquiazul en Segunda División.

—Cuéntenos un poco de su vida en el mundo del fútbol. ¿Cómo empezó en este deporte?

—Como casi todos los niños, a los 4 ó 5 años quieren ser futbolistas y yo también quería. Mi padre me llevó a ver al FC Porto un par de partidos y tenía a mi jugador que más me gustaba. Siempre jugaba al fútbol en el colegio. Luego lo hice en un equipo pequeño hasta Tercera División. Con la mili había que elegir si iba a estudiar Inef o ser futbolista de poco nivel. Hice Inef y tras el primer año, empecé a ser asistente de un entrenador en el equipo sub-19 del Valadares. Luego me llamaron para el primer equipo. Seguí haciendo cursos de entrenador y al tercer año dirigí al sub-16 del propio Valadares. Luego fui preparador físico de Segunda División (1995). Así empecé en el fútbol profesional. Años después llegué al Benfica y he tenido una carrera larga de mucho aprendizaje y de muchos países. Tras seis años con Jesualdo Ferreira, decidí que tenía que seguir mi camino.

—¿Quién era ese jugador preferido?

—Teófilo Cubillas. Yo tenía un familiar que me llamaba Cubillas. Pienso que no sabía mi nombre real.

—¿Cómo afronta esta nueva etapa en el fútbol español?

—Con mucha ilusión y con mucho cariño por los aficionados que viven todos los momentos del club con intensidad y pasión. Es un club muy bien organizado y familiar, aunque sea pequeño. Hay mucha comunicación con las personas que toman las decisiones del día a día. Con el grupo de futbolistas veo mucha cohesión. Sé que se pueden hacer cosas bonitas y bien hechas.

—A priori, un reto distinto al que tenía en la UD Almería...

—Sí, pero todos los equipos quieren ganar siempre todos los partidos. Allí había que subir sí o sí, había un presupuesto muy grande... Hay que tener los pies en la tierra, ser humildes y trabajar mucho. Si podemos ganar por dos, no lo vamos a hacer por uno.

—¿Qué le convenció del proyecto de la Deportiva para aceptar la oferta del club?

—Ese sentimiento de familia. La imagen que me quedó después de visitar Ponferrada es que es posible hacer un trabajo muy bueno, hacer un equipo competitivo que pueda luchar en cada partido. Siento una energía distinta a todos los clubes por los que he pasado. Es increíble el ambiente que se vive aquí.

—¿Ya le reconocen por la calle?

—Sí, y se nota que están esperando que lleguen los partidos. Se nota que quieren mucho al equipo. Es increíble. Para un entrenador, sentir que hay gente que nos está ayudando, suma.

—¿Le ha pedido muchas cosas al club?

—No. Lo que pedí coincidía con lo que el club pensaba tras la última temporada.

—¿Qué papel puede desempeñar el equipo en esta Liga?

—Competir en cada partido. No podemos exigir que salga a la calle el equipo para ascender sí o sí. Sería traer una responsabilidad extra para los jugadores que no nos va a servir para nada. Hay que ser serios y estar preparados para luchar por los tres puntos en cada partido.

—¿Le da miedo ser uno de los equipos con menos presupuesto y combatir con armas muy distintas a las de otros equipos?

—No. Me daría miedo ser entrenador de un equipo que no tenga compromiso entre todos. En todo lo que hacemos, hemos de dar el 100% y estaré tranquilo, porque sé que en este caso haremos una temporada fenomenal. Si la relación de compromiso se rompe, empiezan los problemas.

—Por lo que ha ido observando en la pretemporada, ¿cree que le faltan muchas piezas para tener una plantilla competitiva?

—No. Ya tenemos una plantilla competitiva. Quizá nos falten dos o tres piezas más.

—En el capítulo de fichajes se han hecho algunas apuestas importantes. ¿Es mucho riesgo?

—No lo creo. Los futbolistas menos conocidos han sido estudiados y analizados y la conclusión de todos los informes es que está capacitados y preparados. Eso sí, decirlo es fácil, pero ahora hay que demostrarlo.

—Hablemos de Yuri, que acaba de cumplir 40 años. ¿Qué papel puede desempeñar en este equipo?

—Lo que da cada temporada: ese conocimiento de la categoría, de lo que es el club, la relación plantilla-cuerpo técnico, plantilla-directivos, goles, el papel de capitán, un hombre de la casa... Diría que es un embajador de la Ponferradina porque tiene una historia muy bonita aquí. Se sigue cuidando para tener minutos merecidos para ayudar a la plantilla.

—En la temporada 2020-2021 la Deportiva hizo un papel destacado y el año pasado estuvo más de tres cuartas partes del curso en puesto de ascenso o de play off. ¿Eso va a ser una presión añadida para usted?

—Siempre hay presión en el fútbol y si estamos en un equipo que ha estado arriba, la gente quiere al menos lo mismo. La gente tiene que ayudarme con paciencia a que los jugadores se sientan confortables jugando a nuestro fútbol.

—¿Habló algo con Bolo?

—No.

—Algo de lo que tanto se habla: el estilo. ¿Cuál es el de José Gomes? O dicho de otra manera, ¿qué señas de identidad va a tener su Deportiva?

—Me gusta salir a jugar, que nuestros jugadores pidan el balón, generar líneas de pase, juego equilibrado e inteligente con la pelota, jugadores bien colocados para cuando se pierda el cuero... Un estilo que busca el control del partido con balón. Y dentro del estilo hay que buscar contundencia defensiva y llegada al área contraria.

—La pretemporada. Hemos visto bastantes diferencias entre unos equipos y otros de los que ha sacado en las distintas partes de los encuentros de preparación. ¿Tiene ya muy claras las cosas sobre un once más o menos titular o al menos un bloque?

—Sí, pero a lo mejor dentro de unos días puede haber cambios. No es algo definitivo. Depende de cómo estén los jugadores.

—La pretemporada es para lo que es y la importancia de los partidos es muy relativa. Pero suponemos que el 7-1 ante el RC Deportivo no habrá sido nada bueno y sí constituye un toque de atención...

—Lo veo de una forma sencilla: no se puede decir que fue algo bueno. Ha sido una vergüenza. Se puede ganar, perder o empatar, pero no estábamos dando nuestro máximo. Eso no puede ser. Sea cual sea el estilo de juego, los jugadores han de ser un ejemplo de actitud, fuerza, energía, como si fueran los aficionados los que fueran a jugar ese partido. No podemos estar relajados y no luchar. Lo único bueno es que fue en pretemporada.

—¿Qué recuerdo guarda de aquel día en el que visitó El Toralín por primera vez como técnico de la UD Almería?

—Me acuerdo de que le dije a Yuri que está como el vino de Oporto: cada día mejor.

—Marcó Moi Delgado al final y ahora lo tiene usted a sus órdenes...

—Sí. Hay dos jugadores que me marcaron negativamente en mi etapa en la UD Almería: uno fue Moi y otro fue Juan Hernández, que por entonces estaba en el Sabadell.

—Cuenta con dos porteros con los que ya ha trabajado. ¿Usted es de ir rotando a los guardametas o va a haber de partida un titular?

—Si va todo normal, es una posición que no me gusta cambiar. Lo bueno es que tenemos dos porteros de mucha calidad y capaces de interpretar nuestro juego.

—Los primeros tres partidos servirán un poco como banco de pruebas para saber si en los días que restan de mercado se necesitan más efectivos?

-—Dentro del presupuesto de club, sabemos exactamente lo que buscamos. No nos hacen falta esos partidos para saberlo.

—Le tenemos que preguntar antes de finalizar por el vídeo del respeto cuando estaba en Almería. ¿Piensa que hoy se le identifica más con aquella rueda de prensa que con lo que es usted como entrenador?

—Yo soy una persona a la que le cuesta ver injusticias. Como entrenador de un grupo que trabajaba muy bien, veía lo que pasaba y me salió de corazón salir a defender los intereses del club en el que trabajaba. Yo soy así.

—¿Sabe que hay cuentas de twitter con fotos de aquel día que se llaman ‘Ghespeto’ o ‘Ghespetiño’?

—Yo no tengo redes sociales. No veo las cosas buenas, pero tampoco las malas. A veces esta vida paralela a la realidad te puede despistar y hacer ruido.