Diario de León

LOS 75 AÑOS DE FACUNDO

La conocida marca de pipas sigue «dando en el blanco» con un buen hacer que la ha convertido en la compañía de frutos secos más querida

DR15P6F1-16-17-16-7.jpg

DR15P6F1-16-17-16-7.jpg

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Hubo un tiempo en que nadie quería «dejar este mundo sin probar pipas Facundo» y 75 años después esta marca sigue «dando en el blanco» con mucha imaginación y un saber hacer que les ha convertido en la compañía más querida en el sector de los frutos secos y aperitivos en España, donde cada año se consumen 80 millones de bolsas Facundo.

Hoy, con tanto movimiento antitaurino, han preferido dejar su eslogan en «un placer de este mundo» y el toro filósofo de antes, con sangre, banderillas y posición de haber entrado al trapo, es ahora un estilizado ‘Cundo’ que sonríe saludable y moderno luciendo pantalones vaqueros.

Porque la historia de Pipas Facundo ha estado plagada de aciertos en todos los sentidos. Y aquella empresa de frutos secos, que arrancó sus motores en plena posguerra, ha sabido adaptarse durante décadas hasta llegar a la enorme gama de frutos secos y aperitivos que tienen actualmente, todos aptos para celíacos, con los que han sido capaces de atrapar a un público fiel que consume cada año 80 millones de bolsas.

Hoy es la tercera generación de la familia, Vicente, David y Rosa Elena, la que está detrás de esta marca, «la más querida en el sector de los frutos secos y aperitivos en España», afirma a Efe David Villagrá.

«Nosotros no queremos ser los que más pipas vendamos, queremos tocar el corazón de la gente, ser su marca predilecta y que nos diferencien». Un cariño que miden en «likes» porque son «la empresa del sector mejor posicionada en redes sociales» Y es en esas mismas redes donde pescan los gustos de los consumidores y las ideas para desarrollar nuevos productos. Su objetivo es ser una empresa imaginativa, ingeniosa, cercana, socialmente responsable y atrevida que permita sorprender constantemente a sus clientes con productos exquisitos y sabrosos y saludables, resume David Villagrá.

Y aunque esto parezca nuevo, no hacen más que recoger la llama que dejaron encendida los creadores de esta marca, Facundo Blanco y Lola de la Fuente, en aquel tostador de avellanas y cacahuetes que tenían en la tienda de ultramarinos de Villada (Palencia), en plena posguerra.

Eran tiempos de escasez, la mayor parte de los alimentos estaban intervenidos, pero las pipas de girasol era uno de los pocos productos con los que se podía comerciar libremente. Así que con la imaginación y creatividad de Facundo y el tesón de doña Lola convirtieron la necesidad en una oportunidad.

Con 90.000 pesetas del antiguo Banco Hispanoamericano empezaron a revolucionar un sector que todavía no existía, fueron pioneros en tostar pipas de girasol con duchas de sal, instalaron el primer motor en los tostaderos de café que hasta entonces se movían con una manivela, sustituyeron los sacos de yute por bolsas de polietileno y trajeron de Alemania la primera máquina para embolsar las pipas, cuando la bolsa costaba una peseta.

Pasaron de la tienda de ultramarinos a una nave de 2.000 metros cuadrados a las afueras de Villada, y la fueron llenando de maquinaria y trabajadores convirtiendo las pipas en el sustento de muchas familias.

tracking