Diario de León

El padre aviador de ‘El Principito’

Es el autor de una de las obras más leídas, reproducidas, traducidas y elogiadas de la literatura infantil. Antoine de Saint-Exupéry es el padre de ‘El principito’, el libro de temática no religioso más traducido del mundo, según publicó la UNESCO en 2019.

Antoine de Saint-Exupéry, junto a su mujer Consuelo y al aviador Henri Guillaumet.

Antoine de Saint-Exupéry, junto a su mujer Consuelo y al aviador Henri Guillaumet.

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manuel noriega

Haber alumbrado una obra que sigue siendo de referencia para niños, jóvenes y adultos ha hecho que la figura de Saint-Exupéry, nacido en la ciudad de Lyon, Francia, hijo de un conde y amante de la aviación, siga siendo relevante hoy en día, 120 años después de su nacimiento. Antoine Marie Roger de Saint-Exupéry nació el 29 de junio de 1900. Los Saint-Exupéry eran una familia de orígenes aristócratas que había perdido parte de su capacidad económica.

El era el tercero de los cinco hijos que tuvieron Marie de Foscolombe y el conde Jean de Saint-Exupéry, quien murió cuando Antoine tenía unos cuatro años.

Ya en la adolescencia, Saint-Exupéry no consiguió pasar el examen de acceso a la Escuela Naval y, como alternativa, estudió arquitectura durante algún tiempo en la Escuela de Bellas Artes. En la época universitaria, Antoine de Saint-Exupéry hizo sus primeros pinitos con la poesía y continuó algunos años más durante su servicio militar. A principios de la década de los veinte, comenzó con una de las pasiones que lo acompañarían a lo largo de su vida: volar. En 1921 ingresó en la Fuerza Aérea francesa y un año después se había convertido en piloto militar.

Unos años más tarde, se unió a la Compagnie Général Aéropostale que estableció rutas de correo por aire que unían territorios como el norte de África o América del Sur.Entre 1930 y 1940 fue piloto de pruebas, trabajó para Air France e incluso hizo sus pinitos como reportero para la publicación francesa Paris-Soir. En su faceta «periodística», Sain-Exupery se interesó por algunos de los acontecimientos relevantes de una época marcada por los conflictos bélicos en Europa, como la Guerra Civil Española.

En 2016, un historiador encontró el carné del francés con el que había trabajado como reportero para cubrir la contienda española, emitido en abril de 1937. En 1939 volvió a pilotar aviones con fines militares y en 1940, tras la toma de Francia por parte de las tropas fascistas nazis, Saint-Exupéry abandonó el país y se trasladó a Estados Unidos hasta 1943, cuando volvió a volar al servicio de su país.

En 1944, salió de la isla de Córcega para un vuelo de reconocimiento y nunca más volvió. En 2004, restos de su nave fueron hallados frente a las costas de la ciudad francesa de Marsella. Cuatro años después, un expiloto alemán llamado Horst Rippet dijo a dos periodistas franceses que él lo había derribado y que, si hubiese sabido que era él, no lo habría hecho. Entre las páginas de le Petit Prince aparece una rosa. Esa rosa, según diferentes fuentes, era su esposa Consuelo Suncín-Sandoval, quien inspiró al escritor para escribir su obra cumbre. Consuelo Suncín-Sandoval y el escritor se conocieron en Buenos Aires, la capital argentina, en 1930. Ella era una rica salvadoreña, escritora y pintora, a punto de cumplir los 30 años, divorciada y heredera universal del cónsul argentino en París, Enrique Gómez Carrillo. Se casaron siete meses después de conocerse. Según Paul Webster, periodista del diario británico The Guardian y autor de un libro en el que ahondaba en la figura Suncín-Sandoval, la esposa no era aceptada por su familia política y fue engañada por su marido con otras mujeres en no pocas ocasiones.

En Mémoires de la rose, fue la propia mujer quien escribió sobre su relación tormentosa de 13 años con aquel aviador francés, marcada por las infidelidades, las ausencias de él y el rechazo de su entorno. A él lo define, entre otros calificativos, como «cruel, infantil, egoísta y derrochador».

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