Diario de León
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León

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Tierra por excelencia del vino de nuestra tierra y cuna del prieto picudo, Pajares de los Oteros ha sabido poner en valor como pocos su producto estrella así como sus viñedos y sus bodegas excavadas donde todo aquel visitante que se acerque recibirá, sin excepción, un buen vaso de un caldo que nada tiene que envidiar a los vinos de renombre que resuena dentro y fuera del país.

Y como decía, de un tiempo a esta parte se ha popularizado como nunca el hecho de visitar sus ‘templos’ subterráneos del vino donde reposan auténticos tesoros que cualquiera puede contemplar y sobre todo degustar. «Sin excepción», como recuerdan desde el Ayuntamiento de un municipio en el que más allá del vino hay numerosas posibilidades tanto a nivel cultural como gastronómico e incluso deportivo.

Pero sin duda el prieto picudo tiene enorme presencia en el paisaje. Es emblema y orgullo de sus gentes. Por eso tanto en Pajares como en Morilla de los Oteros se erigen dos monumentos al vino como son ‘La Melodía’ y ‘El Color’ que recuerdan el potencial de un producto que les ha hecho labrarse renombre dentro y fuera de la provincia.

El vino está presente día y noche a lo largo y ancho del municipio pero es en agosto —el penúltimo fin de semana, para ser más concretos— cuando alcanza su máximo esplendor merced a una feria capaz de congregar a centenares de personas en torno a las bodegas que echan raíces en la zona. Feria, por cierto, que da vida a otras tantas actividades para grandes y pequeños que la convierten en uno de los motores económicos más importantes del municipio.

Situado al sur de la provincia, el municipio incluye también las localidades de Fuentes de los Oteros, Morilla de los Oteros, Pobladura de los Oteros, Quintanilla de los Oteros, Valdesaz de los Oteros y Velilla de los Oteros. Al margen de las cepas centenarias, Pajares de los Oteros cuenta con un interesante patrimonio artístico entre el que destaca la Iglesia de la Asunción en Valdesaz. Un templo que bien merece una visita. Data del siglo XVI su interior se cubre con una armadura mudéjar. El templo formó parte del desaparecido monasterio de San Cipriano y cuenta como elemento principal con la capilla mayor, construida en ladrillo y cubierta con rica armadura octogonal morisca.

También es un municipio ideal para los amantes del senderismo, con rutas sencillas, pero siempre interesantes, que transcurren en plena naturaleza. Es habitual avistar avutardas.

Mención aparte merece su gastronomía —típica de la cocina leonesa más tradicional y auténtica—, sus tradiciones, sus fiestas y el saber de sus gentes. Nadie se siente extraño en Pajares, dicen las ‘buenas lenguas’. Un municipio diferente, con su propia sello de identidad y mucho por descubrir.

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