Diario de León

En primea línea de investigación

«La vacuna que buscamos para el Covid hará que el propio organismo fabrique el antígeno»

León

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La científica leonesa María José Alonso (Carrizo de la Ribera.1958), una de las más prestigiosas investigadoras en nanomedicina en el mundo, participa en el desarrollo de una de las vacunas contra el Covid-19. Entre los más de cien proyectos que buscan un remedio a la pandemia en el mundo, el que desarrolla el grupo que dirige la carrizana en Santiago de Compostela. María José Alonso es catedrática de Farmacia de la Universidad de Santiago de Compostela. Fue la primera leonesa en acceder a la Academia de Farmacia y también ocupa asiento en la Academia de Medicina en Estados Unidos. Su campo de investigación desde hace treinta años son las vacunas y fármacos más seguros y fáciles de administrar. Desarrollar y evaluar en estudios preclínicos una nueva vacuna ARNm contra el Sars- CoV2 capaz de inducir respuestas inmunitarias de larga duración frente el virus es el objetivo último del proyecto que lidera la científica leonesa.

—Había presentado este proyecto en marzo, antes de que la pandemia cerrara España. ¿Cómo se ha ido gestando para que al final se haya aceptado?

—En principio había dudas sobre la translabilidad a la clínica de la propuesta y la posibilidad de fabricarlo a gran escala. Tras unas negociaciones con el Instituto Carlos III y la Agencia de Evaluación del Medicamento se ha aprobado. Es un proyecto financiado por el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya y el Instituto Carlos III.

—¿Cómo surge la idea de estudiar una posible vacuna basada en introducir en el organismo RNAm para que se encargue de generar los anticuerpos?

—Llevamos años de colaboración en este consorcio compuesto por varios centros de Barcelona, Madrid y Santiago de Compostela. He trabajado años en el desarrolla de una vacuna contra el sida, no en la creación de antígenos, sino en la vehiculización de vacunas y formas de administración de las mismas en partes de microorganismos o proteínas. Se produce de manera más limpia, de modo que cause protección con anticuerpos y sin causar daños al organismo.

—¿Qué tipo de ‘vehículos’ se utilizan para llevar las vacunas al organismo?

—Todas las vacunas necesitan un vehículo o adyuvante. Tradicionalmente se usaba el aluminio. En las últimas décadas la nanotecnología ha cambiado esto. Llevamos tres décadas diseñando micropartículas como vehículo de administración de vacunas. Estos vehículos simulan virus artificiales.

—¿Qué singularidad tiene la vacuna que preparan contra el Covid-19?

—Las vacunas tradicionales están formadas por dosis pequeñas o inactivadas del organismo causante de la enfermedad, o las proteínas que produce, que se introducen en el cuerpo para provocar que el sistema inmunitario genere una respuesta. Por el contrario, las vacunas de ARNm ‘engañan’ al cuerpo para que produzca algunas de las proteínas virales, utilizando para ello el ARN mensajero, que contiene ‘instrucciones’ para construir una proteína. Para producir una vacuna de ARNm, los científicos crean una versión sintética del ARNm que un virus usa para construir sus proteínas infecciosas. Este ARNm se entrega en las células, que lo leen para construir esa proteína viral. El sistema inmune detecta estas proteínas virales y comienza a producir una respuesta defensiva frente a ellas. Una nanoporción del material genético ARN mensajero hará que el propio organismo fabrique el antígeno.

—¿Qué misión concreta cumple su laboratorio en el consorcio?

—El objetivo de nuestro laboratorio es producir un vehículo sintético basado en biomateriales inocuos y capaz de transportar el ARNm al interior de las células diana para lograr la producción del antígeno en el orgganismo humano.

—¿Cómo será el proceso?

—A partir del conocimiento del virus vamos a hacer uso de la inteligencia artificial y la simulación computacional. La idea es trabajar con muchos compuestos hasta que se identifique el más adecuado. Esta parte es de la que se ocupan la Universidad de Barcelona junto con la Pompeu Fabra. Una vez que lo encuentren se encargará de su fabricación la Universidad Libre de Bruselas. Y finalmente lo envían a Santiago. Aquí lo ‘empaquetamos’ en forma de pequeñas partículas, de 100 nanomiligramos.

—Son tres frentes. ¿Cuántas personas trabajan en todo el proceso y qué horizonte tienen de resultados?

—Somos unas veinte personas trabajando a destajo y el horizonte es de seis meses para producir el RNAm, empaquetarlo, testarlo in vitro y luego en ratones.

—Parece que entre los muchos ensayos de vacunas, China pretende adelantarse?

—Son muchos los estudios que hay, más de 100 preclínicos y una docena en fase clínica. Si sale uno... Hay que ir a por todas porque producir una vacuna que funcione no es obvio. Interviene el conocimiento, la ciencia y también un factor de suerte. China ya tiene algún ensayo en fase II, fueron los primeros. Son un gran país y tienen posibilidades.

—En el Csic el virólogo Luis Enjuanes también está con otro estudio de vacuna. Le he oído decir que la de China vendrá más rápida pero quizá no tan segura.

—Luis Enjuanes es la persona que mejor puede opinar del tema. Su equipo está preparando una vacuna viral que sin duda promete.

—¿Cómo se vive en la fase 1, usted que está en Galicia?

—Casi no me he enterado. Estamos enfrascados en el laboratorio y no necesito ni salir. Trabajamos con seguridad y con entusiasmo por este reto. Me preocupa que la gente no sea consciente de que podemos dar marcha atrás. Como mínimo hay que seguir las recomendaciones del ministerio e incluso ir más allá. Nos lo debemos. En esta crisis todos podemos ayudar; sanitarios, educadores, investigación...

—El Gobierno está recibiendo muchas críticas por la gestión desde la oposición. Como científica ¿Qué corregiría?

—No me atrevo a criticar a nadie. A veces oigo críticas banales que nos ayudan muy poco. Hay que seguir las recomendaciones científicas. Los problemas económicos derivan de los problemas sanitarios. Mientras no resuelvas el problema sanitario y científico no resolverás el económico. La primera barrera es la sanitaria. Todos somos responsables y a nadie se le escapa que los conflictos entre políticos están llenos de mensajes interesados.

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