La prole del carbón al rescate del patrimonio minero

Tiene poco más de 20 años y ya ha izado la bandera roja de defensa del patrimonio industrial. Roja porque todo está por hacer y hay que empezar por llamar la atención. Ella lo hace desde su posición de estudiante del doble grado en Historia e Historia del Arte que cursa en la Universidad de León (ULE). Podría haber escogido cualquier otro tema para el proyecto de dinamización territorial en entornos rurales de la beca Ralbar —impulsada por la propia ULE y la Fundación Banco Sabadell— que le ha sido concedida, pero eligió hablar de su pueblo. Eligió defender su pueblo. Apostó por poner en valor lo que queda en él. Valeria Rodríguez representa a esa nueva generación concienciada con la defensa de la historia de las comarcas mineras y la preservación de los vestigios que ha dejado el carbón. Es parte de la prole de la minería al rescate del patrimonio industrial, en este caso del municipio de Igüeña

«Quiero poner a mi pueblo en el mapa, que la gente tenga curiosidad por conocerlo, se anime y a través del turismo cada vez más personas puedan establecerse a vivir aquí, porque tras el fin de la minería, la población no hace más que disminuir», asegura esta estudiante de Historia que, además, defiende la tesis de que el «patrimonio industrial es digno de ser investigado». Por eso, ella misma ha desarrollo un proyecto que se apoya en tres pilares: la realización de un inventario de los vestigios mineros, rutas de senderismo que recorren ese patrimonio y una exposición fotográfica con verdaderos tesoros gráficos que acaba de abrir sus puertas en el salón de plenos del ayuntamiento de Igüeña.

«Mi principal aportación es mantener el recuerdo de las minas y todo lo que eso ha significado, intentar que no caigan en el olvido y desaparezcan sin más pensamiento», relata Valeria Rodríguez, hija de Igüeña y nieta de mineros. «Trato de ser muy equilibrada con todos los pueblos que tienen restos, puesto que algunos son verdaderamente pequeños y sé que existe un sentimiento de abandono respecto a otras iniciativas a nivel municipal, quiero que todos se sientan implicados y sobre todo orgullosos de lo que tienen en su pueblo», afirmó.

Directo y claro, así es el título del proyecto: ‘Puesta en valor del patrimonio minero del municipio de Igüeña’. Como directa y clara es su intencionalidad y cada vez la de más personas que han descubierto en el patrimonio industrial una puerta abierta al futuro. De hecho, esta alumna de la ULE asegura que con su acción ha conseguido que los vecinos empiecen a darse cuenta de lo que tienen. «El patrimonio industrial es también historia y, por ello, digno de ser difundido y estudiado del mismo modo que puede serlo un yacimiento romano o un castillo medieval», defendió.

Investigar, difundir y desarrollar desde un punto de vista turístico. Ese es el reto en el que ya se han involucrado las propias administraciones, aunque de momento sin grandes resultados. El objetivo es alcanzar la meta de un turismo sostenible y también en ello reparó Valeria Rodríguez. De ahí, el programa de rutas que ha diseñado para seguir el rastro del carbón. Comenzó el pasado fin de semana en Igüeña y Rodrigatos de las Regueras, y continuará el que viene en Quintana de Fuseros y Tremor de Arriba.