Diario de León

Urbanismo

La Unidad de Mediación de la Policía Local impulsa el borrado de grafitis en Ponferrada

Primer acuerdo escrito para que tres jóvenes eviten la multa a cambio de restaurar la fachada

Grafitis en un edificio de León. DL

Los tres jóvenes que evitan el pago de 600 euros borrarán todas las pintadas en el edificio del número 10 de Rosalía de Castro. L. DE LA MATA

Ponferrada

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Acostumbrados a resolver peleas entre vecinos y problemas de lindes en los pueblos, la Unidad de Mediación de la Policía Municipal de Ponferrada ha intervenido para lograr que una comunidad de propietarios de la ciudad y tres jóvenes localizados por realizar una pintada en la fachada lleguen por primera vez a un acuerdo por escrito para borrar el grafiti que afea el inmueble, según confirmó ayer el concejal del área, José Antonio Cartón.

Los tres jóvenes evitará el pago de una multa de 600 euros y la denuncia de los vecinos a cambio de restaurar la pared grafiteada en el número 10 de la calle/plaza Rosalía de Castro, una zona donde ya se habían producido más actos vandálicos del mismo tipo.

En Rosalía de Castro

Los jóvenes evitan pagar 600 euros y restaurarán no solo su pintada, sino toda la fachada afectada

Aunque no es la primera vez que los autores de un grafiti optan por borrarlo después de ser sorprendidos por los agentes —ocurrió en la plaza interior hace unos años— si es el primer caso en el que la mediación de la Policía Municipal consigue que las dos partes firmen un acuerdo por escrito. La comunidad no denunciará a los jóvenes y estos se comprometen a borrar la pintada, algo que ha dejado especialmente satisfecho a Cartón depués de que días atrás no quedara más remedio que denunciar a toros jóvenes por vandalizar la ciudad con sus botes de spray.

«Quiero una Policía que sepa mediar y que está al lado de los vecinos», manifestó ayer el edil. «Una Policía que resuelva los problemas de otra forma, no solo punitivamente», añadió. Y recalcó que, en los términos en los que se ha producido el acuerdo «esto es la primera vez que se hace».

De no mediar la Policía Municipal, los jóvenes se enfrentaban al pago de una multa de 600 euros por haber cometido una infracción administrativa que se tramitaría a través de la Subdelegación del Gobierno, además de afrontar el coste de la restauración. Pero la multa, recordó Cartón, no siempre es efectiva en casos como el de los grafiteros. «Muchos de ellos son insolventes», afirmó. Y el resultado termina siendo que la pintada sigue en su sitio o es la comunidad de vecinos la que tiene que afrontar el gasto extra de limpieza. En este caso, los jóvenes se han comprometido a restaurar no solo el daño que han causado, sino también el resto de la fachada, «objeto de actos vandálicos frecuentes».

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