Diario de León

La mitad de las aves sacrificadas en el país por la gripe aviar son de CyL

De los brotes detectados en España, la Comunidad tiene cuatro: Valladolid, Palencia, Ávila y Segovia

Retirada de miles de aves muertas en una explotación en Íscar. GREENPEACE / PEDRO ARMESTRE

Retirada de miles de aves muertas en una explotación en Íscar. GREENPEACE / PEDRO ARMESTRE

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EFE

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Los brotes de gripe aviar detectados desde primeros de año en España han llevado, como medida preventiva de protección para evitar su propagación, al sacrificio de algo más de 269.000 aves en granjas, la mitad de ellos en una explotación de Íscar (Valladolid): 133.750 gallinas.

Se trata de la peor ola que afronta el país, algo que también ocurre a nivel mundial, según señaló ayer la veterinaria y doctora en Enfermedades Víricas de Aves, Úrsula Höfle.

El primer foco fue detectado en cuatro cisnes y una cigüeña halladas muertas en el río Segre, a su paso por Soses (Lleida), en la primera semana del año mientras que el primero en aves de granja se declaró oficialmente unos días después, el 18 de enero, en una explotación con 18.900 pavos de engorde en Fuenterrebollo, en Segovia.

Desde entonces, la afectación a aves silvestres se ha detectado en otras zonas de las provincias de Lleida, Girona, Palencia y Ávila mientras que los focos en granjas, seis hasta el momento, se encuentran en las provincias de Segovia, Huelva (3 focos), Valladolid y Sevilla.

Los análisis han revelado que se trata de la cepa H5N1, la predominante en Europa, que tiene escasa capacidad de transmisión a los humanos, si bien, la elevada circulación y capacidad de recombinación de estos virus hace que haya que estar vigilantes por si la influenza adquiere mayor potencial de contagio a personas, según Höfle.

Esta experta recuerda que las aves migratorias infectadas suelen ser la causa de la entrada del virus al país porque, en sus rutas, pueden entrar en contacto, directo o indirecto, con aves de granja.

Por ello, en época de migración, reforzar las medidas de bioseguridad de esas instalaciones avícolas son esenciales para minimizar los riesgos.

Greenpeace ha documentado el foco de gripe aviar en Íscar (Valladolid) para denunciar que las macrogranjas son, a su juicio, «una bomba de relojería» y que las explotaciones industriales son el entorno «perfecto» para la proliferación de este tipo de virus.

Según un comunicado, la explotación, que albergaba cerca de 133.750 gallinas, está en una de las zonas de mayor producción avícola de todo el país, por lo que la preocupación es todavía «mucho mayor».

Esta explotación, como muchas otras en la España rural, se encuentra a escasos mil metros del centro de Iscar y a unos 300 de las viviendas más cercanas, lo que «aumenta el riesgo de contagio para las personas».

«De extenderse el foco, al haber tantas explotaciones en los alrededores, podría convertirse en un auténtico problema regional o incluso estatal», subraya Greenpeace en la nota de prensa.

En su opinión, otro factor de riesgo son las ingentes cantidades de excrementos que se generan en estas instalaciones, ya que como señala el propio Ministerio de Sanidad «los virus aviares pueden vivir hasta 100 días a 4 grados centígrados. En el agua sobreviven hasta cuatro días a 22 grados y más de 30 días a cero grados».

«El sistema agroalimentario necesita una transformación profunda y en España hay que empezar por frenar en seco la propagación de la ganadería industrial», afirmó Luís Ferreirim, responsable de la campaña de Agricultura de Greenpeace.

«Aunque algunos políticos han llegado a dudar de la existencia de las macrogranjas, es evidente que existen y que incluso son caldo de cultivo perfecto para virus como el de la gripe aviar y otros», dice.

No se puede seguir jugando «con fuego» en España como si nada pasara, en Europa este virus ha llevado a que se exterminen millones de animales, «y esperamos que España no tenga que seguir ese camino», concluye el comunicado.

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