Diario de León

Tudanca pierde la moción de censura pero advierte a todos los partidos de que no se irá

El líder del PSOE lleva a las Cortes un programa de gobierno para la autonomía pero no logra romper la disciplina de voto de Cs Mañueco e Igea cargan contra Tudanca y vaticinan el fin de su carrera política PSOE y Podemos votan a favor, PP, Cs y Vox en contra y UPL, Por Ávila y la ‘fugada’ de Cs se abstienen: 37 síes, 41 noes y tres abstenciones

León

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Los síes sonaron ayer rotundos en las Cortes de Castilla y León. 37. Los de los 35 procuradores del PSOE y los dos de Podemos. Con la misma contundencia se escucharon los noes. 41 en total. Los 29 de la bancada del PP, 11 de Cs y la procuradora de Vox. Las voces de las abstenciones —sólo tres—, de la UPL, Por Ávila y la procuradora que desertó de las filas de Cs, fueron menos cortantes. Al fin y al cabo, no se jugaban ni la derrota ni la victoria. Aunque en juego hubiera mucho. El Gobierno de la autonomía y dos concepciones políticas, económicas y sociales diferentes.

Tudanca no tuvo oportunidad. Llegó al pleno de la moción de censura con los votos contados. Los votos de la derrota. Aún sabiéndolo, el líder del PSOE autonómico y aspirante a presidente de la Junta mantuvo el tono de quien aspira a convencer de que su programa político merece una oportunidad. La esperanza de un vuelco final en la votación.

No se produjo. Los procuradores de Ciudadanos, que tenían en su mano hacer triunfar la primera moción de censura en la historia de las Cortes de Castilla y León, no rompieron su disciplina de voto. Y evitaron que Igea se volviera a quemar. Llevaba días poniendo la mano en el fuego por los doce procuradores de Cs pero a horas de la moción de censura, María Montero, representante por Salamanca, desertó del grupo político liberal y se pasó como no adscrita. Su marcha, que unos tildaron de abandono y otros de tránsfuga, dio oxígeno a las sospechas de otras traiciones al partido naranja y su fidelidad a Inés Arrimadas, al propio Francisco Igea e incluso al presidente Mañueco y, de paso, arrebató la mayoría con la que gobernaban la Junta el PP y Cs.

Y eso que hasta hubo un susto. El de la votación de la procuradora del PP por Zamora, Leticia García Sánchez, que se equivocó y dio un rotundo sí cuando debería haber dicho que no. Menos mal que no había que apretar ningún botón y que la pregunta no tenía trampa. Una rápida corrección, también a voz alzada, y cuadraron las cuentas.

Tudanca salió al estrado con un programa de gobierno de once leyes, seis medidas y un puñado de propósitos. Pero su plan para hacerse con la Junta no convenció a nadie más que a su partido y a Podemos. Estaba decidido de antemano. En realidad, daba igual lo que dijera. Ni siquiera su intervención en respuesta al procurador de la UPL logró torcer el signo de la votación final aunque el leonesista Luis Mariano Santos logró arrancar a Tudanca una declaración casi histórica al reconocer expresamente la existencia de la Región Leonesa.

El líder del PSOE lanzó además duras críticas al PP y a Cs, a los que acusó de corrupción — «usando la corrupción llegaron y usando la corrupción construyeron su máquina de poder. Es aquí donde el PP inventó la caja B, con el caso Zamora», lanzó al PP— y de traicionar a los electores de la Comunidad — «hicieron lo peor que se puede hacer en política, traicionar la confianza y voluntad de la gente. Hoy hay dos caminos. Ustedes eligen, y el destino y la historia les juzgarán», espetó a Igea y a los procuradores de Ciudadanos»—.

El vicepresidente y portavoz de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, de Ciudadanos y socio de gobierno del PP en la comunidad autónoma, cargó contra el «obsceno juego político» que, a su juicio, representa la moción de censura a la que se refirió como una partida en la que juegan «unos señores de fuera» y en la que el encargado de mover los peones es «el señor Redondo», en referencia a Iván Redondo, jefe de Gabinete de Pedro Sánchez.

«La moción no se ha fraguado en esta tierra se ha fraguado en La Moncloa», añadió.

Igea criticó una moción «plagada de trampas y de mentiras» que, según advirtió, no se presentaba contra el Partido Popular de Castilla y León sino contra Ciudadanos en la estrategia del PSOE nacional de «desembarazarse» ahora de los liberales para «destrozar» a Ciudadanos «con el abrazo del oso» en su objetivo de hacerse con el centroizquierda. Durante su intervención, Igea se arrogó todos los éxitos del Gobierno de la Junta y mencionó uno a uno todos los departamentos que ocupa Ciudadanos.

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, el encargado de dar la réplica a Tudanca, instó al candidato socialista a pedir disculpas a los castellanos y leoneses por el «bochorno» de ensuciar la política con «intrigas palaciegas» y por alentar el transfuguismo, actitudes que serán respondidas, ha augurado, con una «bofetada de honradez, de dignidad y de lealtad», en referencia al no de la mayoría de los procuradores que tumbarán la moción.

«¿A quién quiere engañar? ¿Cómo piensa ganar la moción si no es con tránsfugas?», espetó ante una moción «abocada al fracaso» que, según ha augurado también, derivará en un cambio de caras en el PSOE de Castilla y León en un día que Pedro Sánchez ha marcado con «una muesca en su cartuchera», dijo. Porque en CyL se jugaba ayer también una partida política nacional.

«No sé lo que le habrán ofrecido pero el puesto de Paradores ya está ocupado por su predecesor —Óscar López—», ironizó, a lo que Tudanca cuestionó, también en tono irónico, la capacidad de Fernández Mañueco de haber oposición y haber evidenciado quién manda en la Junta, por Igea, donde «ni sabe ni quiere gobernar».

Mañueco e Igea vaticinaron a Tudanca el fin de su carrera política pero el líder socialista lanzó un aviso a PP y Cs y, quizá también a su propio partido: no piensa irse.

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