Diario de León

Fútbol | Copa del Rey

Orgullo culturalista

Los leoneses tiran de casta y tumban al Atlético de Madrid en un memorable partido de Copa del Rey (2-1)  

León

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La Cultural tumbó en la prórroga al Atlético de Madrid en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey (2-1), después de concluir el tiempo reglamentario 1-1, con un Reino de León abarrotado como en las grandes noches del culturalismo. Duelo por todo lo alto entre blancos y colchoneros por un puesto en octavos. Un gol de Sergio Benito en la prórroga, unas cuantas soberbias paradas de Griffard y la ambición de la Cultural eliminaron al cuadro colchonero. En el minuto 107, un contragolpe del conjunto leonés terminó con la volea de Sergio Benito, al que no incomodó Saúl Ñíguez y a la que no llegó Antonio Adán, para completar la sorpresa y la gesta del equipo culturalista, que no se amilanó nunca, pese al 0-1 en el minuto 62, obra de Correa, nivelado en el minuto 83 por Julen Castañeda para forzar la prórroga.

El tiempo extra rebajó las pulsaciones del partido, con el cansancio haciendo mella en ambos equipos. Joao Félix la tuvo en un remate de zurda alto y Giffard, tocado por una varita mágica, se volvió a lucir para desviar con una parada a mano cambiada de incuestionable estética un buen remate de cabeza de Saúl, pero quien hizo saltar la banca fue la Cultural. Tras una contra, Gudiño puso un centro que fue una delicia para que al primer toque, Sergio Benito rematase de zurda con el interior a la red colchonera. Delirio en el Reino, «sí se puede» gritaba la afición culturalista. Diez minutos para la gloria, de un esfuerzo hercúleo en pos de un sueño. El Atlético las tuvo, pero la Cultural resistió en pie para firmar una de las grandes hazañas de su historia. La Copa del KO ha vuelto.

El equipo leonés creyó en la remontada, como se muestra en la imagen, para superar el gol inicial de Correa. RAMIRO

Fue un partido para disfrutar y competir. Así lo había definido el entrenador de la Cultural antes de afrontar el choque copero. José Aira tiene muchos días de fútbol a sus espaldas pese a su juventud. El técnico ponferradino de la Cultural no es ningún novato. Necesita a la Cultural y el equipo leonés precisa al entrenador berciano para meterse de nuevo entre las estructuras del fútbol profesional. El director general, Felipe Llamazares, hizo encaje de bolillos para volver de desandar su pasos para sentar de nuevo en el banquillo a Aira. Con la única intención de regresar a Segunda División, porque lo sucedido ayer en el Reino fue un pletórico sueño copero de una noche de invierno.

El partido de Copa ante el Atlético de Madrid sirvió para demostrar que el culturalismo sigue vivo y que la afición cuando recibe también da. Así, a León no le importa pagar una entrada a mayor precio y hoy acudir al puesto de trabajo cansado, pero con el convencimiento de haberse ilusionado con su equipo de fútbol y con un sentimiento que ha demostrado estar muy vivo, el sentimiento culturalista. José Aira fue una vez más fiel a sus principios, pese a que en frente estuviera uno de los mejores equipos de Europa, al que tuteó durante todo el encuentro y al que en varias fases del mismo le superó.

Julen Castañeda celebra el pase culturalista . RAMIRO / JESÚS F. SALVADORES

José Aira confía en este proyecto. Lo mima. Quema etapas para llegar pleno al mes de mayo. Reza para que la conexión Andy Kawaya-Dioni Villalba vuelva al nivel exhibido durante gran parte de la primera vuelta del campeonato de Liga de Segunda División B. Es la competición que interesa para convertir el Reino de León en otra fiesta, como la de ayer con final feliz, en el mes de junio. José Aira ha cogido mucho cariño a la Cultural en poco más de doce meses. Quiere a este equipo. Y también tiene cierta debilidad por ese chico callejero, Dioni Villalba, para convertirlo en el buque insignia de su plan deportivo. El berciano siempre ha tenido olfato allá donde ha entrenado. Además, tiene razones que sólo él y Llamazares conocen como pacto grabado a fuego cuando decidieron darse una segunda oportunidad para sellar un nuevo contrato por una Cultural grande y, así, tirar aún más por este proyecto. León y Ponferrada, en este caso, se quieren. Las emociones vividas en este partido copero frente al Atlético de Madrid sirven para ilusionar a un culturalismo cada vez más despierto. Me lo transmitió ayer una vez más Lamberto Enrique Martín, el socio número uno de la Cultural, cuando se hizo realidad cumplirse una gesta histórica, que puso patas abajo a León y a un culturalismo que late con fuerza. «Aquí volverá a jugar muy pronto el Atlético de Madrid, pero para enfrentarnos en Liga», dijo.

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