Día triste en La Cabrera

Hoy es un día triste, Cabrera y los cabreireses nos sentimos huerfanos, al igual que se siente huérfana la plaza que lleva su nombre en la localidad de Villar. Concha fue un faro entre las tinieblas, supo ser la pionera para salvaguardar y proteger la cultura cabreiresa, el trabajo de una gran mujer en la que hoy muchos de nosotros nos sentimos reflejados y continuamos poniendo en valor el patrimonio que ella nos dejo en herencia: la riqueza de nuestras gentes, de su idioma y nuestras tradiciones. No obstante, si queremos que Doña Concha siga viviendo en nuestro recuerdo para poder disfrutar de su labor en toda su real extensión, tenemos que transformar este momento triste en una permanente invitación a construir un nuevo futuro. Un futuro donde el trabajo de Concha sea la fuente que haga brillar todas las virtudes y talentos de nuestra cultura. Y pese a los impedimentos que nos pondrán, así lo haremos: «lluitaremos pula ñuesa fala», lucharemos por nuestra arquitecutra tradicional, lucharemos por nuestras tradiciones y lucharemos por nuestra música, y todo, por el esfuerzo que realizó esta gran mujer, descanse en paz doña Concha...