Juana de Arintero, una leonesa de armas tomar

La historia de Juana de Arintero es tan fascinante que siempre pasó por ser una leyenda. Su vida forma parte de la tradición

oral leonesa y ahora también del libro Gestas de la Historia de España (Editorial Páginas de Espuma), que comenzó siendo una serie infantil —para dar a conocer los grandes personajes de este país— y ahora, auspiciado por el leonés Leo Álvarez, recoge las peripecias de una veintena de héroes y heroínas reales, desde la Dama de Arintero a Magallanes y Elcano, El Empecinado, Domingo Badía Alí Bey, el español que engañó a Hitler o el llamado Ángel de Budapest.

Manuel Ángel Cuenca y el historiador Fermín Valenzuela, con ilustraciones de Gloria Cuenca, utilizan distintos recursos narrativos en cada episodio, desde un diario, a un perfil de Facebook, una cuenta de Twitter, una obra de teatro o una clase de historia. El objetivo de los autores es llegar al centenar de personajes en próximas entregas. Gestas de España desembarca hoy en las librerías.

La Dama de Arintero, hija de un noble llamado García y de doña Leonor, cuentan que se alista en nombre de su padre, un hombre de avanzada edad, en la guerra por el trono desatada tras la muerte de Enrique IV. Dos mujeres, Isabel, la hermana del monarca, y su hija Juana, se disputan la corona. El libro aprovecha para relatar la importancia de mujeres como Sancha, Urraca o Elvira en el Reino de León.

Juana de Arintero narra en primera persona que «un día llegó al pueblo un heraldo de la reina Isabel. Había estallado la guerra porque el rey de Portugal Alfonso había invadido Castilla para garantizar la sucesión de su mujer, Juana». El noble García solo tenía siete hijas y ningún varón. Al final el caballero aceptó que su hija Juana se uniera al ejército de Isabel y Fernando bien disfrazada. Tras su participación heroica en las batallas de Zamora y Toro, el rey quiso ofrecerle una recompensa. La Dama de Arintero pidió que no tuviesen que pagar tributos, ni mandar más varones a la guerra, que los habitantes pasaran a ser hidalgos y yo pudiese dejar el ejército y volver a casa. El rey lo concedió y regresa a su hogar, pero en La Cándana fue atacada por unos soldados. A continuación, los autores cuentan otra historia «que casi nadie conoce».

Básicamente el relato coincide con el anterior. Juana de Arintero combatió durante siete años haciéndose pasar por el caballero Olivares. Sus compañeros de batalla, con la ayuda de otra mujer, descubrieron su gran secreto.

«La reina Isabel decidió recompensar mi valor concediéndome la hidalguía. En esto se equivocan los que dicen que fue Fernando, porque en Castilla Isabel era la soberana y su marido era solo su consorte sin poder real para actuar», relata la protagonista en el libro.

Un hallazgo de novela

En 2006 apareció un pergamino oculto en un cuadro. Un hallazgo a la altura de la leyenda. El manuscrito da fe de la existencia de aquella valerosa mujer que participó junto a las tropas leales a Isabel la Católica en la batalla de Toro. El cuadro, un retrato de la Dama de Arintero, propiedad de Mabel Muñoz y Rodrigo Gómez, fue pintado en torno al año 1650; es decir, dos siglos después del fallecimiento de la heroica mujer. «Conoced los de Arintero a dama tan hermosa...» canta el hermoso óleo que esconde la prueba fehaciente de que la dama de Arintero fue un personaje real cuya espectacular historia inspiró la leyenda.

El documento, firmado por Ortega Muñoz, secretario del Ayuntamiento de Lugueros, certifica que Juana García acudió a la guerra y participó en la batalla que tuvo lugar el 1 de marzo de 1476 en un paraje llamado Pelea González. Este singular manuscrito no da fe de que la dama de Arintero falleciera en La Cándana, como cuenta su leyenda y la primera de las dos versiones que recoge el libro Gestas de la Historia de España.

En la segunda versión del libro se dice que regresó a Arintero —y, por tanto, no fue víctima de una emboscada— y se casó, aunque no tuvo hijos.