Diario de León

El Museo Bíblico cierra en León de ‘un portazo’

El director y sacerdote Jesús García Recio rechaza dar explicaciones El Ayuntamiento no ha sido notificado. de la clausura del centro enclavado en San Isidoro.

Una escultura de Alejandro Magno y una momia egipcia formaban parte de los tesoros del Museo Bíblico y Oriental, que ha cerrado sus puertas. JESÚS F. SALVADORES

Una escultura de Alejandro Magno y una momia egipcia formaban parte de los tesoros del Museo Bíblico y Oriental, que ha cerrado sus puertas. JESÚS F. SALVADORES

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verónica viñas | león

Sin avisar. Sin explicaciones. Con ‘nocturnidad’. El Museo Bíblico y Oriental, con sede en San Isidoro, cerró sus puertas en León la víspera de Nochevieja.

En un escueto correo electrónico enviado a última hora de la tarde, la secretaría del Instituto Bíblico y Oriental (IBO) pide desaparecer de la agenda de este periódico —donde se informa de los horarios y precios de los eventos culturales— porque «el museo cierra hoy su sede de León».

El sacerdote Jesús García Recio, director del museo y albacea de buena parte de la colección que se exhibía hasta ayer en las vitrinas, no quiso desvelar las causas de este precipitado cierre ni si —como apuntan algunas fuentes— la muerte del mecenas David Álvarez, propietario de las firmas Vega Sicilia y Eulen, habría dejado sin recursos al IBO, que posee la segunda mejor biblioteca privada del mundo sobre orientalismo, con 30.000 libros. «Es una obra de dios y está en sus manos», dijo por todo argumento el cura de Aleje. Tampoco quiso desvelar si los tesoros de civilizaciones milenarias serán trasladados a la montaña leonesa, donde el director del IBO prevé abrir cuatro centros en Cistierna, Sabero, La Ercina y Crémenes si logra que el Ministerio de Industria libere para este proyecto una partida económica de un millón y medio de euros procedente de los fondos para la reconversión minera de la zona.

«Más adelante se darán las oportunas explicaciones», dijo Recio, en un intento por frenar cualquier escándalo. El Museo Bíblico incluido en la tarjeta ‘León Pass’, puesta en marcha por el Ayuntamiento para ofrecer descuentos a los turistas en los espacios culturales, no ha tenido la deferencia de comunicar su cierre al consistorio. «El Ayuntamiento no sabe nada», confesó la concejala de Cultura, Margarita Torres, quien calificó de «triste» la noticia. «Al ser una colección privada, hay que respetarlo, pero nos habría gustado que nos hubieran avisado», sentenció.

El abad de San Isidoro, Francisco Rodríguez Llamazares, desmintió ayer tajantemente que el alto coste que para el IBO supone ‘alojarse’ en el complejo de la Real Colegiata esté detrás de la decisión de ‘bajar la trapa’.

«Acogimos encantadísimos esa valiosa colección. La decisión de irse es una iniciativa de Jesús García Recio, que es su propietario y, ante eso, nada podemos hacer», añadió el abad.

El Museo Bíblico fue inaugurado por la reina Sofía el 11 de marzo de 2009, tras una inversión de 1,3 millones de euros para acondicionar las estancias alquiladas al Cabildo de San Isidoro. Los valedores del IBO fueron Caja España y David Álvarez. El declive de la entidad financiera y la muerte del presidente de Eulen dejaron sin recursos a un museo más pensado para estudiosos que para visitantes y, por tanto, incapaz de financiarse exclusivamente con la taquilla.

No es la primera vez que García Recio tiene un desencuentro con las instituciones locales. El cura de Aleje es el albacea de la colección Van Dijk, integrada por cientos de objetos de las civilizaciones mesopotámicas —datadas algunas hace 7.000 años—. La citada colección del coleccionista holandés, que fue profesor de García Recio, recaló en la Universidad de León en el otoño de 1997, rodeada de gran expectación y con el incondicional apoyo de las autoridades académicas y de la Consejería de Cultura de la Junta. Dos años después se produjo el «divorcio», al no encontrarse una fórmula que conciliara el depósito de las piezas y una cátedra de estudios orientales. Recio guardó en cajas durante una década la colección, de un valor incalculable.

Además del legado Van Dijk, el Museo Bíblico exhibía decenas de piezas del anticuario francés de origen egipcio Francisco Antonovich, quien ha tenido muchas trabas del gobierno galo para sacar objetos que finalmente ha ido donando al museo.

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