Contingencias y adaptación al juego
Se vivió uno de esos partidos en los que una acción desafortunada puede alterar por completo la dirección o el plan de juego. A partir del minuto 21, con la expulsión de Aarón, hubo modificaciones estructurales en los leoneses que obligaron de por sí a cambiar las intenciones de presión en bloque medio-alto de inicio y la ejecución inicial de generar superioridades numéricas en zonas interiores.
Comenzaban los leoneses con una organización sistémica en 1-3-4-3, en la que Solís y Gaztañaga se situaban por detrás de Nahuel, Buenacasa y el propio Aarón. En los pocos minutos que se pudo mantener este sistema observamos mecanismos de progresión en el juego por dentro ganando alturas, con la intención evidente de atraer a defensores dentro para castigar con Marcos y Álvaro Juan en sus llegadas al espacio por fuera.
Sin balón se vieron ciertos desajustes en la zona ciega de los carrileros. Salinas llegó en varias situaciones desde el lateral generado mucho peligro junto al jugador adelantado de su lado Íñigo. Tras la mencionada sanción, el equipo se situó en un 1-4-4-1 sustituyendo a Marcos por Riki Mangana para equilibrar la línea defensiva. En ese tramo posterior de la primera parte la Cultural se adaptó mejor al juego, de lo que pudo hacerlo Unionistas con uno más.
En la segunda parte, Unionistas ajustó su plan para atacar una defensa en inferioridad, dejó de ser tan rápido en sus ataques y en muchos momentos provocaba el repliegue en bloque bajo de los locales. Pero como suele pasar frecuentemente en esta categoría, las acciones a balón parado cuando las fuerzas se igualan pueden marcar la diferencias. En un saque de esquina desde el lado diestro Íñigo recibía en corto, para seguidamente con marcas y zonas fuera de sitio aprovechar y poner un centro lateral que De Miguel remató a la red de cabeza. De ahí al final juego más vertical por parte de la Cultural, que buscó con la entrada de Obolskii y Ketu provocar cierto desorden que obligase a Unionistas a perder el control, pero a pesar de la expulsión de Mandi en la parte final, los salmantinos estuvieron relativamente cómodos.
Las circunstancias se transformaron en contingencias negativas en un encuentro en el que los leoneses volvieron a mostrar como aspecto positivo, una gran adaptación ante las adversidades.