Una gran final en La Cartuja

No se trata de un duelo a todo o nada en la Copa del Mundo o la Eurocopa, pero el España-Alemania de este martes (20.45 horas/La 1) en el estadio de La Cartuja de Sevilla se ha convertido en el primer gran examen de La Roja desde que Luis Enrique retomó el cargo de seleccionador que tuvo que dejar por el drama familiar que supone la enfermedad y posterior pérdida de una hija. Se trata de la sexta y última jornada del grupo 4 de la Liga de Naciones y en juego está el liderato de grupo y con él la única plaza que da derecho a disputar la fase final del torneo.

Llegados a este punto, a España solo le vale vencer al combinado de Joachim Löw para cumplir el objetivo de competir entre los cuatro mejores del viejo continente, lo que supondría un acicate pensando en el gran reto de la Eurocopa. El pasado sábado, el combinado teutón hizo los deberes al imponerse por 3-1 a Ucrania con un doblete de timo Werner y un gol de Leroy Sané que sellaron la remontada, mientras que España no pasó del empate en Suiza. Después de lo ocurrido en 2018, cuando España marchaba en el buen camino pero las derrotas ante Croacia e Inglaterra la apartaron bruscamente de la meta, Luis Enrique puede desquitarse en su segunda Liga de Naciones. Un intento que llega en pleno relevo generacional, con un grupo de jugadores que muestra buena actitud y se desempeña en algunas fases de manera brillante, pero sufre para ver puerta.

Se presenta la selección en Sevilla, tristona sin público, tras un recorrido que inició precisamente con un buen empate en Alemania y que prosiguió con goleda y derrota ante Ucrania y un triunfo sufrido y unas tablas agónicas ante los helvéticos. Salvo en el duelo de Valdebebas ante Ucrania (4-0), muy poca producción goleadora para un equipo que, según su técnico, pretende volver a competir de tú a tú contra los mejores en los grandes torneos. Es verdad que el fútbol está cada vez más igualado, que quizá solo Francia esté un peldaño por encima, pero a esta España aún le faltan argumentos para aspirar a los máximo. Sobre todo, más pegada y contundencia en ambas áreas. En la del rival es un problema viejo y recurrente, pero en la propia se producen bastantes desajustes a causa de una presión muy arriesgada y aún descoordinada. Cuestión de tiempo, se supone.

Hay datos estadísticos que invitan al optimismo. España no encaja un gol en campo propio desde que el noruego Joshua King marcó de penalti en el duelo de clasificación para la Eurocopa disputado en Mestalla, el 23 de marzo de 2019. Luego, seis partidos como local con la portería a cero ante Suecia, Islas Feroe, Malta, Rumanía y los referidos Ucrania y Suiza. Curiosamente la última derrota de España en casa se produjo en Sevilla, pero en el Benito Villamarín, el 15 de octubre de 2018, ante Inglaterra y en esta misma competición.

Además, España aún se motiva con los históricos triunfos ante Alemania, ya con Löw en su banquillo, en la final de la Eurocopa de 2008 y en la semifinal del Mundial de Sudáfrica. Desde entonces, sin embargo, los teutones no pierden ante La Roja. Vencieron en un amistoso en Vigo (0-1), igualaron en otro encuentro de preparadon disputado en Düsseldorf y hace dos meses empataron también a uno en Stuttgart, en esta fase de la Liga de Naciones.

Sucesión de bajas Se trata del tercer partido en una semana en esta ventana que Luis Enrique inició con un buen ensayo ante los Países Bajos, donde el asturiano utilizó a los teóricos suplentes. El sábado, peores sensaciones en Basilea con los pesos pesados en el campo. Las lesiones le han complicado el panorama al seleccionador desde que dio la lista sin Thiago Alcántara, básico en sus planes. Luego, se cayeron Jesús Navas y Ansu Fati.