Diario de León

Nubes, claros y algunas dudas

La temporada de caza menor baja el telón con la liebre y la perdiz como protagonistas negativos por su poca presencia Becada, conejo y paloma torcaz son la parte positiva

Un cazador junto a su perro en un campo leonés en una imagen de archivo. FERNANDO OTERO

Un cazador junto a su perro en un campo leonés en una imagen de archivo. FERNANDO OTERO

León

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La temporada de caza menor bajó el telón en la Comunidad el pasado 22 de enero. Y lo hizo con un balance irregular y un aprobado... por los pelos. Han sido tres meses de actividad en la que las perspectivas, que se presentaban poco propicias, se cumplieron en gran medida en especial en lo concerniente a la liebre y la perdiz, las dos ‘damnificadas’ de un mal año. Salvaron la cara la becada, la paloma y el conejo. Pero no para tirar cohetes.

La climatología no ha jugado a favor y tampoco una dinámica que en el caso de la liebre viene de hace unas campañas. Pocas y muy dispersas a lo largo de la geografía provincial. Su presencia ha sido testimonial en buena parte de los cotos. Verla ha sido más que complicado para desgracia de los cazadores que en buena medida han tenido que decantarse por uno de sus primos, el conejo.

No ha sido la única nota negativa de la temporada de caza menor. La perdiz ha seguido un camino parejo en cuanto a datos decepcionantes. Y se da la circunstancia de que las últimas fechas de la campaña han dejado ver a algunos bandos, algo más complicado en las semanas iniciales. Eso sí, en este caso con un número reducido de unas pocas unidades.

La estrella de la caza menor en otros tiempos en cuanto a preferencias por parte de los aficionados está pasando por malos momentos y perdiendo tanto protagonismo como presencia en el campo. Varios son los motivos que han llevado a esta situación. Bajo número de polladas, la cría de ejemplares en cautividad que no son capaces de desenvolverse en el campo y la situación climática que tampoco le favorece se llevan la palma.

Un panorama que viene ya de unos años atrás y que apunta a tener una complicada solución al igual que en el caso de la liebre, en este también diezmada pero por motivos más sanitarios y de enfermedades que afectan su situación normal que de otros condicionantes.

Si liebre y perdiz han protagonizado la cara más oscura de la temporada de caza menor, la más clara aunque con matices, tiene a tres protagonistas: conejo, becada y paloma torcaz.

En cuanto al conejo, bien es cierto que su presencia no es tan numerosa como en años precedentes, no muy lejanos, pero su número salva una temporada irregular. Y si además se dispone de un buen perro, mucho mejor para dar con ellos.

Por tierra... y ahora por el aire con dos piezas que se puede decir que han superado el aprobado para incluso situarse con una nota más elevada. Es el caso de la becada.. Y eso que las perspectivas iniciales no apuntaban un buen curso para ella. Pero con el paso de las semanas la situación ha ido cambiando para alcanzar niveles incluso superiores a los de otros ejercicios.

En el caso de la paloma las cifras también han sido destacadas. A pesar de que no es la pieza preferida por parte de los cazadores, su elevada presencia con bandos muy numerosos la han convertido en un segundo y también apetitoso plato para completar perchas positivas a lo largo de una campaña que supera el aprobado pero que ni de lejos alcanza el notable. Toca ahora esperar a la próxima temporada y esperar que los claros puedan esta vez claramente a las nubes.

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