Toda una noche de incertidumbre y dudas para tratar de paliar la debacle

Toda una noche de dudas e incertidumbre se podría decir que tuvo que «sufrir» el patrón del rally Telefónica Dakar 2005, el francés Etienne Lavigne para intentar paliar en la medida de lo posible el tremendo caos provocado por las muy adversas condiciones climatológicas que tuvieron que afrontar todos los participantes, muchos de los cuales ayer dijeron adiós a la carrera. Lavigne se pasó toda la noche buscando solución a los problemas e ideando soluciones: «Esta noche fue larga, muy larga, pero presencié escenas muy fuertes, como por ejemplo motoristas tan contentos de llegar que rompían a llorar». «Otros me insultaron, consideraban que la etapa era demasiado difícil y ahora lo que más me preocupa son los corredores que están heridos en medio del desierto, como por ejemplo Patrick Martin, que tiene una fractura abierta de la clavícula y al que están buscando en coche con un médico», comentó preocupado Lavigne. «Esta noche dispararon -agregó Lavigne- tres balizas y estamos esperando a que salga el sol para que los helicópteros salgan a buscarlos, después ya veremos qué hacemos. Ojalá el tiempo mejore para que los demás helicópteros puedan llegar hasta aquí y empiece la novena etapa». Ante tal situación y por el caos provocado con tan malas condiciones climatológicas en el desierto mauritano los organizadores se han visto obligados a modificar el desarrollo de la carrera. Desperdigados La visibilidad extremadamente reducida bloqueó todo. Por la mañana sólo 96 motos, 59 coches y 27 camiones habían llegado a Tichit, el final de la séptima etapa, mientras que treinta y uno han abandonado oficialmente la carrera. Por la tarde fueron completando todos la caravana; aunque aún faltaba gente.