Diario de León

Un oficio inmortal

El arte de eternizar la vida

Arturo Bruzos y Marisa Sánchez son artesanos en la vida y el trabajo y acaban de presentar una oda al pastoreo en forma de conjunto escultórico de piedra del río Sil y forja; trece ovejas y un pastor que dan la bienvenida a quienes llegan a Leoneza, el pueblo de Páramo del Sil que fue abandonado y que ellos mismo empezaron a recuperar hace ahora nueve años. 

En las imágenes pueden verse algunas de las ovejas, el pastor con un cordero en la mano, el hórreo que están construyendo y algunas otras obras de Arturo Bruzos, que tiene el taller en el barrio Las Eras de Páramo del Sil.

En las imágenes pueden verse algunas de las ovejas, el pastor con un cordero en la mano, el hórreo que están construyendo y algunas otras obras de Arturo Bruzos, que tiene el taller en el barrio Las Eras de Páramo del Sil.

Ponferrada

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Hace nueve años que Arturo Bruzos y Marisa Sánchez cambiaron de rumbo para empezar en Leoneza. Él, escultor y artesano de la forja, la piedra y la madera. Ella, maestra del jabón y los productos naturales. Leoneza, un pueblo abandonado que gracias a su empeño ha vivido un resurgir. Primero reconstruyeron el que hoy es su hogar, después el jardín y, poco a poco, han ido recuperando el camino de acceso, terrenos de cultivo, prados y han plantado más de medio centenar de árboles y limpiado los sotos de castaños que les han ido cediendo. Un trabajo que, en todo momento, han compaginado con sus labores vitales, que no son otras que las artísticas. De hecho, acaban de inaugurar un conjunto escultórico al aire libre que pretende ser un homenaje al pastoreo, porque Leoneza está en el municipio de Páramo del Sil, que antes de minero fue ganadero. Y lo sigue siendo.

Arturo y Marisa son Artesanos de Luneza y aquí (Luneza es Leoneza) han desarrollado un proyecto de vida y trabajo con grandes objetivos, como el hórreo que ya están construyendo o los planes que tienen en mente y que pasan por terminar la recuperación de una fragua, una palloza de usos múltiples, un jardín aromático silvestre para uso y conocimiento de las plantas... También están preparando un programa de actividades y talleres creativos apoyados en sus oficios.

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«Mostrar lo que haces es abrir una puerta a otras iniciativas y posibilidades», apuntó Marisa Sánchez. Y eso es lo que han hecho con la obra escultórica que han instalado en la entrada del pueblo. Son un pastor y trece ovejas realizados con piedras del río Sil y forja. Un homenaje a uno de los oficios que ha marcado la historia del Alto Sil. También lo han planteado como un agradecimiento a todas las personas que han apoyado y apoyan el proyecto que iniciaron hace nueve años y, sobre todo, a las gentes del lugar.

«Leoneza no somos los que vivimos aquí; son todas las personas que, de una manera u otra, siguen teniendo este lugar vivo en sus corazones», aseguró Marisa. Ella, administrativa y diplomada en Trabajo Social, dejó Ponferrada para empezar de cero en el pueblo en el que ha encontrado la felicidad. Ese es el fin.

El rebaño de piedra y forja de Artesanos de Luneza es solo el primer paso. «Siempre estamos pensando en hacer, crear y transmitir. Nuestra idea es hacer más, tratar de reflejar los oficios y estas son las primeras esculturas», dijo Marisa sin querer avanzar mucho más. Es verdad que una idea ya ronda en sus cabezas, pero tienen pensado hacer una encuesta para que se la gente quien decida qué oficio quiere ver reflejado en el arte de un escultor que tiene el taller en barrio de Las Eras de Páramo del Sil.

 

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