El FMI descarta que haya una «espiral inflacionaria» en Europa

El Fondo Monetario Internacional (FMI) descartó ayer una «espiral inflacionaria» en Europa, ya que espera que las recientes subidas de precios se moderen en el segundo trimestre de 2022.

En una rueda de prensa para comentar las perspectivas económicas regionales, el director del Departamento de Europa del FMI, Alfred Kammer, insistió en que este alza de precios es temporal y responde en gran medida a la subida en el coste de la energía y a las actuales alteraciones en las cadenas de suministro global. «En este momento no esperamos ninguna espiral de inflación en Europa», remarcó Kammer.

A su juicio, «la alta inflación que se está registrando ahora está principalmente impulsada por los precios de la energía», lo que pronosticó que «se disipará durante 2022».

Reconoció, no obstante, que el precio del gas se ha multiplicado por cinco respecto al pasado año, particularmente en países como España, con precios «dinámicos» en los que cualquier «choque» en los mercados mayoristas de producción de energía implican una transmisión muy rápida a los consumidores. Esto responde a varios factores, entre los que citó un «desequilibrio» entre la oferta y demanda y la cuestión de las renovables, que no siempre están disponibles, con lo que se debe recurrir al gas en momentos de mayor demanda.

Por tanto, recomendó invertir en almacenamiento y producción de energía «para evitar problemas en la transición a una economía más verde»: «Vale para España, pero también para Europa y a nivel mundial», señaló Kammer.

Precio del petróleo

Sobre el precio del petróleo, indicó que está regresando «a los niveles donde se encontraba antes de la pandemia, debido a la fuerte demanda», lo que aseguró que «era de esperar».

En su informe de «Perspectivas Económicas Globales», presentado la pasada semana, el Fondo situó la inflación estimada para la zona euro en el 2,2 % para el cierre de este año y en el 1,8 % para 2022. «Las expectativas a medio plazo están por debajo del objetivo anual del Banco Central Europeo (BCE), así que no es una preocupación», agregó Kammer, en referencia a la meta anual del 2 % del BCE.

En el caso poco probable de que este alza de precios persistiese, el funcionario remarcó que el BCE «puede reaccionar, ya que cuenta con las herramientas para contener este tipo de presiones si se llegasen a concretar». A medio plazo, Kammer advirtió de los inminentes cambios hacia una economía digital, con importantes consecuencias en el mercado laboral por la «creciente automatización». Los análisis del Fondo, remarcó, apuntan a una importante reubicación de puestos trabajo desde los sectores de baja formación hacia otros en expansión, como la comunicación.

En los próximos años, el organismo considera que en torno al 1,5 % de la fuerza laboral en los sectores que requiere baja formación serán «liberados», por lo que los autoridades deberán apostar por políticas sólidas de formación.