Diario de León

El FMI propone subir impuestos a «ricos» y empresas que más ganen

El Fondo avisa de que el déficit público seguirá disparado en España los próximos años

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Las cuentas públicas sufrirán durante varios años las consecuencias del millonario gasto asumido por el Gobierno estos últimos meses para hacer frente al impacto del coronavirus. De nuevo, tal y como ocurre con la evolución de la economía, España se sitúa entre los países con peores previsiones fiscales entre los más desarrollados, según el Fondo Monetario Internacional (FMI): anticipa que el déficit se verá desbordado por la situación actual y acabará este año en el 14,1% del PIB. Implicará un descuadre de unos 150.000 millones de euros para 2020.

Las estimaciones, incluidas en su Monitor Fiscal, prevén un desajuste del presupuesto que será récord, como nunca antes la economía había registrado, salvo en etapas como la Guerra Civil u otros periodos similares. El déficit pasará de su mínimo en la última década (un 2,8% en 2019) a más de un 14%, cifra que incluso empeora los cálculos del Gobierno, que establece en un 11,3% ese desajuste para este año, según el cuadro macroeconómico.

Los registros superan también a los de los peores momentos de la anterior crisis de hace una década, cuando el déficit se desbocó hasta por encima del 11%, en el último Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Desde entonces, comenzó a descender lentamente hasta situarse por debajo del 3%, el límite establecido por Bruselas para activar su brazo corrector si se incumplía el pacto de estabilidad.

En esta crisis sanitaria ese acuerdo que restringe el déficit de los países miembro de la UE se encuentra suspendido tanto para 2020 como para 2021 ante la gravedad de la situación y la necesidad de acometer políticas de apoyo público para hacer frente al confinamiento. Sin embargo, las estimaciones del FMI anticipan que la reducción del déficit en España será mucho más lenta que entre los vecinos europeos: se reduciría al 7,5% en 2021; y a partir de ahí la caída sería de menor calado, con un 5,8% en 2022, un 4,7% en 2023, un 3,9% en 2024 y otra vez un 4,4% en 2025. Ni siquiera se plantea un escenario de estabilidad presupuestaria a medio plazo.

Además, se sitúa a la cola de todas las previsiones: el déficit europeo se situaría en el 10,1% este año, con Italia (13%), Francia (10,8%) o Alemania (8,2%) por delante de España. El FMI anticipa que la media de los países del euro tendrá un desajuste inferior al 2% en cinco años.

Las estimaciones del organismo, cuya directora gerente es Kristalina Georgieva, apuntan que la deuda pública también crecerá más de lo que prevé el Gobierno. El FMI anticipa que el endeudamiento del Tesoro representará un 123% del PIB a finales de este año, frente al 118% que proyecta Calviño. Además, el Fondo calcula que ese porcentaje no bajará en los próximos cinco años, cuando la deuda se mantendrá en el entorno del 118%.

HACER LO QUE SEA

A pesar de estas perspectivas, el FMI reconoce que por ahora sigue siendo necesario «hacer lo que sea» para salvar a las economías. Y que así lo han entendido los Gobiernos con medidas de apoyo laboral, social y financiero: los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (erte), el ingreso mínimo vital o los avales del ICO a las empresas. En este último caso apunta que el importe respaldado (unos 104.000 millones) es inferior al de otros países, pero con una demanda de las empresas muy por encima del resto de economías europeas. Además reconoce que estas acciones han sido «especialmente útiles» para apoyar a los trabajadores más vulnerables y a los autónomos.

REPENSAR YA LA FISCALIDAD

El FMI también avisa de un «fuerte ajuste» económico si las políticas de apoyo flaquean ahora. Aunque comienza a poner algunos ‘peros’ a esas medidas. Por ejemplo, aconseja acciones «más selectivas» y focalizadas en determinados colectivos. Sobre todo para que las ayudas «no se interpongan en el camino de las reconversiones» a las que tendrán que hacer frente las empresas y así evitar tener negocios ‘zombi’.

A corto plazo, el FMI no aconseja cambiar la política tributaria. Pero sí pone sobre la mesa las actuaciones necesarias a realizar para atajar el déficit público, una vez que la pandemia sanitaria esté bajo control. Entre otras, los Estados deberían «adoptar medidas para mejorar el cumplimiento tributario y considerar impuestos más altos para los grupos más ricos y las empresas altamente rentables». También recomienda realizar «un estímulo fiscal temporal» mientras se planifica un ajuste «del sistema tributario a medio plazo».

Estas recomendaciones llegan un día antes de que España presente ante la Comisión Europea su Plan Presupuestario, que incluirá medidas fiscales, laborales y normativas como paso previo a la elaboración de los Presupuestos de 2020. Aunque Hacienda ya ha anticipado que no aprobará una reforma tributaria completa hasta que no llegue la recuperación.

Mientras, la AIReF insta a reducir los incentivos y limitarlos a colectivos de baja empleabilidad. Aboga por cambiar el sistema para que los autónomos coticen por sus ingresos reales pero mantener la tarifa plana.

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