Diario de León

Las comunidades esperan la reforma fiscal con la brecha tributaria disparada

La autonomía de las regiones, que Sánchez pretende limitar en algunos supuestos, se deja notar en Sucesiones y Donaciones

La ministra de Hacienda María Jesús Montero, se abraza a la vicepresidenta Yolanda Díaz en el Congreso. JUAN CARLOS HIDALGO

La ministra de Hacienda María Jesús Montero, se abraza a la vicepresidenta Yolanda Díaz en el Congreso. JUAN CARLOS HIDALGO

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Dos semanas. Es el plazo que queda para que el comité de expertos entregue al Ministerio de Hacienda las recomendaciones sobre las que se basará la futura reforma con la que el Gobierno aspira a acercar la presión fiscal española a la media europea.

Sin gran margen de maniobra para una subida de impuestos generalizada hasta que la recuperación económica se consolide —y también hasta que pase el periodo electoral— todo apunta a que el Ejecutivo optará por tocar los tipos mínimos de los tributos cedidos a las autonomías.

Se limitará así su capacidad normativa. La misma que en los últimos años ha contribuido a ampliar de forma notable la brecha fiscal entre las regiones. A su vez, esto ha provocado que a la hora de pagar impuestos no sea lo mismo, ni mucho menos, vivir en una comunidad que en otra.

Patrimonio: pagar más o Menos

Esta figura que grava las grandes fortunas es una de las que podría sufrir un mayor giro en la futura reforma, con el objetivo del Gobierno de evitar la competencia fiscal en la que Madrid se ha puesto al frente con una bonificación al cien por cien (han de presentar autoliquidación los contribuyentes cuyos bienes y derechos tengan un valor que supere los dos millones de euros).

Actualmente, el mínimo exento para todo el Estado es de 700.000 euros, aunque algunas comunidades aplican cifras más bajas. Es el caso de Cataluña (400.000 euros) o Extremadura y Valencia (500.000 euros). Con tipos estatales desde el 0,2% al 3,5% divididos en ocho tramos, Extremadura presenta el tipo máximo más elevado, en el 3,75%, mientras que Cataluña, Andalucía, Galicia o Asturias tienen los tipos mínimos más bajos.

Tal y como recuerdan los economistas del Registro de Economistas de Asesores Fiscales (Reaf), la tarifa aplicada en Álava y Guipúzcoa oscila entre el 0,2% y el 2,5%, mientras que Vizcaya se sitúa entre el 0,2% y el 2%. En Navarra, el impuesto se caracteriza por un mínimo exento de 550.000 euros, con tipos desde el 0,16% al 2%.

Estas diferencias provocan que para un mismo patrimonio, dependiendo de la comunidad, se pague más o menos.

En su último informe ‘Panorama de la fiscalidad autonómica y foral’, los economistas del Reaf ponen un claro ejemplo: para un mismo patrimonio de 800.000 euros, en Madrid, Álava y Vizcaya no se paga nada, mientras que un aragonés tendría que pagar 1.164 euros y un extremeño 1.099 euros.

Sucesiones: lo que se hereda

Si se echa un vistazo a los datos históricos de la Agencia Tributaria, se puede concluir que en los últimos años las regiones han usado su autonomía para ajustar sobre todo en el impuesto de Sucesiones. Una figura que algunos economistas abogan por suprimir.

«La mayor parte de los países de la UE (15 de 27) no lo tienen y en la Ocde el tipo medio es del 15%, muy alejado del 34% existente en España, que puede llegar, en los casos más extremos, al 82%», explican desde el Instituto de Estudios Económicos.

Lejos de esta visión, no se descarta que la reforma incluya un tramo estatal en este impuesto cedido en el que las diferencias son notables. Por ejemplo, un joven que hereda 800.000 euros (de los que 200.000 corresponden a la vivienda habitual del fallecido) pagará 103.000 euros en Asturias, 44.500 en Cataluña y 3.150 en el País Vasco. En Andalucía, Cantabria y Galicia, no pagaría nada.

Donaciones: la gran diferencia

Los economistas también calculan que para una donación de un padre a un hijo por esos mismos 800.000 euros, la diferencia entre comunidades puede llegar a superar los 200.000 euros, que es lo que pagaría un extremeño frente a un cántabro, que no tendría que pagar nada.

Transmisiones y AJD: lo que grava

Los expertos recuerdan que uno de los objetivos del comité que analiza la futura reforma fiscal es el de modificar, e incluso eliminar, algunas bonificaciones de las que también gozan los impuestos sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados (AJD) que gravan las transacciones inmobiliarias.

Según los ejemplos del Reaf, Madrid, Navarra, Canarias y País Vasco presentan actualmente los impuestos más bajos. Por ejemplo, para la transmisión de un inmueble que no está destinado a vivienda de 150.000 euros, en Madrid y Navarra se pagan unos 9.000 euros, frente a los 15.000 euros que puede suponer la misma operación en Cantabria, Cataluña, Galicia y Valencia, que presentan los mayores costes por este concepto.

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