Diario de León

El sector contrario a los ‘halcones’ espera una victoria de Feijóo para atornillar al PP

La corriente más centrista del Partido Popular cree que un triunfo del líder gallego en las urnas avalaría sus tesis

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, durante la presentación de la nueva campaña de promoción turística ‘Galicia Volve’. XOAN REY

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, durante la presentación de la nueva campaña de promoción turística ‘Galicia Volve’. XOAN REY

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Concluido el paréntesis del estado de alarma, Alberto Núñez Feijóo vuelve este domingo a la arena de los mítines electorales a cuatro días de la pegada de carteles que marcará el comienzo de la campaña del 12-J. La gestión de la epidemia, sin embargo, ha incidido en la intención de voto y, tres meses después, el presidente de Galicia retoma la contienda con una mayor holgura en las encuestas y la posibilidad de reeditar una cómoda mayoría absoluta que permitiría lecturas que trascienden los límites de su territorio.

En el PP, donde encabeza las posiciones más centristas del partido, cargos populares anticipan que su triunfo en las urnas avalará también una forma de hacer política en la que impere la «moderación». En un contexto nacional de alta polarización, algunos analistas esperan que las elecciones del 12 de julio en Galicia y País Vasco sirvan para desinflamar los discursos.

En las encuestas, Núñez Feijóo, sin haber entrado en una confrontación exacerbada, crece en intención de voto. En ninguno de los escenarios, en todo caso, dependería de Ciudadanos y, lo que es más importante para los populares, de Vox para conservar el poder.

«El centro derecha, que es lo que somos, puede gobernar solo», proclamó Mariano Rajoy en el último mitin antes de que la epidemia interrumpiera el proceso. Era 1 de marzo y en Ourense Núñez Feijóo y el expresidente del Gobierno hicieron alarde de templanza como principal reclamo. Fue un acto a tres bandas que contó con Pablo Casado, que este domingo se desplazará a Santiago para la reapertura de la carrera electoral.

El líder de los populares no comparte, sin embargo, la visión del partido como un espacio en el que cohabitan dos corrientes, una que tira hacia el centro y aboga por desterrar los «excesos dialécticos» y por ofrecer la imagen de una oposición «constructiva», y otra que se muestra con «dureza» y tiende a «extremar» los mensajes. Aunque así lo analizan dirigentes de peso en las filas populares, Casado volvió el 8 de junio, en la Junta Directiva Nacional, a rechazar una organización «de halcones y palomas».

«No hay un PP duro ni un PP blando. Hay un único PP», defendió. La «insistencia», sin embargo, sorprendió a los cargos que se han mostrado en desacuerdo con el tono de la dirección nacional en la última fase del estado de alarma. Los que no ven con buenos ojos que la formación se enrede en episodios como el de Cayetana Alvarez de Toledo dirigiéndose a Pablo Iglesias como «hijo de un terrorista» o que alertan sobre quedarse al margen de los pactos políticos.

CASTILLA Y LEÓN COMO EJEMPLO

Fuentes territoriales ponen en valor que en los últimos días desde Génova se haya incidido en la disposición a explorar acuerdos con el Gobierno, pero creen que ese mensaje debe ir «acompasado» con gestos que lo «hagan creíble». Y ponen como ejemplo el acuerdo político con la oposición de Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y Léon o a Núñez Feijóo, a quien han visto en algunos momentos del estado de alarma «en las trincheras», pero que también «reconoció» el pasado domingo «el esfuerzo del Gobierno central, con aciertos y errores».

«Otra forma de hacer», concluyen, pendientes del 12-J.

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