Diario de León

El periodista Hrant Dink recibió cuatro disparos en una calle del centro de Estambul

Golpe a la democracia turca con el asesinato de un crítico armenio

Erdogan afirma que el crimen es un atentado contra toda la nación y su estabilidad

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Dogan Tilik - ankara
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El asesinato ayer en Estambul del periodista armenio Hrant Dink se convierte en un golpe grave para la democracia turca, según destacó el primer ministro turco, Recep Tayip, Erdogan, quien interrumpió una sesión del Gabinete al enterarse de lo sucedido. En una primera reacción oficial, Erdogan declaró que las balas que mataron hoy a Hrant Dink «fueron disparadas contra todos los turcos como nación, contra su unidad, contra su paz y estabilidad y contra la libertad de pensamiento y democracia», mientras en el lugar del crimen lloraban en la calle los colaboradores del periodista asesinado y los transeúntes. Ante las cámaras de televisión, apenas dos horas después de la muerte de Dink en el centro de Estambul, Erdogan anunció que ha encargado del caso a los ministros del Interior y de Justicia y que los ha enviado a esta ciudad para dirigir la investigación. «En mi nombre, en nombre del Gobierno y en nombre de mi nación, condeno las manos sangrientas y he dado órdenes para encontrar lo antes posibles al asesino o a los asesinos que planearon este acto». Sospechosos en libertad La policía detuvo a dos sospechosos, tan sólo una hora y media después de que Dink fuera abatido en la calle Osmanbey, en la parte europea de Estambul, donde tiene la redacción el semanario en lenguas armenia y turca «Agos», con una circulación de varios miles de ejemplares. El primer ministro consideró muy significativo el momento de este atentado, cuando la cuestión de los armenios figura en la agenda de muchos países y parlamentos. Erdogan se refería a países como Argentina y Francia, que han aprobado leyes nacionales aludiendo a la matanza de varios cientos de miles de armenios entre 1915 y 1917, perpetrada por el Imperio Otomano, predecesor de Turquía, que se niega a aceptar que se tratara de un genocidio. Apenas una hora después de que el atentado fuera perpetrado por desconocidos a las 15.19 horas locales (13.19 GMT), cientos de personas ya se habían congregado en el lugar del asesinato para aplaudir en medio de sollozos y proclamar el eslogan «Viva la hermandad de los pueblos». La policía buscaba a un joven de entre 18 y 19 años, considerado por testigos oculares como autor del atentado, que ha dejado perplejo a la opinión pública turca, aunque, al parecer, iba acompañado de otros cómplices en el lugar del crimen. El cocinero de un restaurante cercano al edificio del periódico aseguró «haber visto a los asesinos», uno de los cuales le amenazó con una pistola mientras le conminaba a guardar silencio sobre lo presenciado si no quería correr la misma suerte que Dink. Erdal Dogan, el abogado de Hrant Dink, dijo que su cliente había recibido muchas amenazas y que le había explicado que «quieren sumir al país en el caos antes de las elecciones presidenciales (previstas para comienzos de mayo) y están dispuestos a arrastrarme a mí». También opinó que, como jurista, estaba convencido de que en Turquía no podrán ser descubiertos los verdaderos autores de este crimen. En su último artículo, titulado «La paloma temerosa de su situación espiritual», Dink comentó que había recibido muchas cartas con amenazas y que había solicitado ayuda al fiscal del Estado, pero que no había obtenido ninguna respuesta positiva al respecto. Por su parte, Murat Kapayalcin, ex ministro turco de Exteriores y dirigente del Partido Socialdemócrata turco (SHP), indicó que no podía haber un objetivo mejor que Dink para los enemigos del proceso de acceso de Turquía a la Unión Europea (UE). Dink estaba considerado como un elemento conciliador en la comunidad armenia y, según opinó la prestigiosa periodista turca Zeynep Gogus, era el intelectual más influyente de su etnia en Turquía. Fue condenado en el 2006 a seis meses de cárcel por haber «insultado el espíritu turco», aunque la sentencia fue aplazada.

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